Labels

Cortazar (1) Kanab. (1) de Cuba (1) poema (1) poema 2 (1) poema3 (1)

Wednesday, July 20, 2016

"Bailar es tan importante como sumar"

Cuando leí el artículo que Karla Zumbado compartió en su pagina de Facebook, el cual lleva por título: Ken Robinson: “Pagamos un alto precio por sacar los sentimientos de la escuela", comenté lo siguiente:

"José Martí lo advirtió hace mas de un siglo cuando dijo que la escuela debía educar en el pensamiento y en la dirección de los sentimientos. Pero en la realidad la educación ha sido cientificista, positivista, pragmática y poco humanista. De ahi la crisis actual de la civilización. En pleno siglo 21 hoy día profesores universitarios en este país “altamente desarrollado" con grados de doctores me han recriminado que en mis escritos aparezca la palabra pedagogía argumentando que “no es una ciencia”. Que podemos esperar del futuro si así piensan los responsables de la educación de los jóvenes. La ignorancia con títulos académicos es mas peligrosa porque es arrogante y tiene poder para imponer ideas reaccionarias y decadentes. Por suerte a mi me formaron pedagogos, no “instructores”."

Además pensé que seguiré motivando a mis alumnos en mis clases de idioma español a que aprendan a bailar ritmos latinos. Lo he hecho a pesar de que mis maestros lo ven poco académico y no científico ja ja ja.

Marti afirmó: "Instrucción no es lo mismo que educación: aquélla se refiere al pensamiento, y ésta principalmente a los sentimientos"(Obras Completas, tomo 19, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1975, pp. 375-376).













Brillante orador y escritor superventas, asesora a Gobiernos e instituciones para promover un sistema educativo que no encorsete el talento y se tome en serio la creatividad.




El País. Semanal. 
ACTUALIZADO MIÉRCOLES 13 DE JULIO DE 201600:05

HA SIDO asesor del ex primer ministro británico Tony Blair y de más de una decena de Gobiernos. Millones de personas siguen sus conferencias, gestionadas por la misma agencia que supervisa las apariciones del político George W. Bush o el Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Sir Ken Robinson –la reina Isabel II lo nombró caballero en 2003 por el fomento de las artes– es uno de los pensadores educativos más solicitados de las últimas dos décadas. Y predica un mensaje devastador para la escuela tradicional: los niños nacen con cualidades que, a menudo, el sistema entierra. Su colegio, al que llegó por casualidad, le cambió la vida.
Era un crío de rizos pelirrojos que perseguía un balón en el barrio de Walton, en Liverpool, cuando su padre sentenció: “Este niño jugará al fútbol en el Everton”. Pero la polio se cruzó en su camino. A Ken Robinson (Liverpool, 1950) lo enviaron a un centro de educación especial para los descartados del sistema, niños con problemas físicos o retrasos en el aprendizaje. En aquella clase, que él define como “un montón de individuos diferentes que recordaba a la cantina de La guerra de las galaxias”, sus profesores, Mr. Strafford y Mrs. York, fomentaron las aptitudes que lo han convertido en uno de los grandes referentes de la enseñanza y en un prolífico escritor de best sellers.


“LA GENTE PIENSA QUE ES UNA EXCENTRICIDAD DECIR QUE LA ESCUELA FUNCIONA COMO UNA FÁBRICA, PERO ES CIERTO”

Ken Robinson llega sonriente a la cita en una oficina compartida a escasos metros del campus de la Universidad de California, en Los Ángeles. “Llevo muchos años aquí. Ya soy angelino”, comenta, aunque su piel pálida y su acento lo desmientan. El inglés se apoya en un bastón –tiene la pierna derecha más corta que la izquierda–, tiende una mirada brillante y enarbola un discurso rotundo: “Pagamos un precio muy alto por sacar los sentimientos de la escuela”.
Hace 15 años que vive en la megalópolis californiana. Tras dar clases en la Universidad de Warwick (Coventry, Inglaterra), recaló allí con su mujer, Terry, también de Liverpool y escritora, y con sus dos hijos, James y Kate.
El Elemento. Descubrir tu pasión lo cambia todo (Grijalbo, 2009), que se ha traducido a 21 idiomas, es su libro más conocido. Contiene las historias de éxito que desgrana en sus charlas. Habla, por ejemplo, de cómo Matt Groening, el creador de Los Simpson, encontró su camino cuando se enteró de que “había otras personas que no sabían dibujar pero vivían de ello”. O del economista Paul Samuelson, que siempre consideró los números “pura diversión”.






El éxito de Robinson está estrechamente ligado al crecimiento de las redes sociales. En febrero de 2006 protagonizó una charla TED –organización pionera en proponer un formato de conferencias breves que se difunden por Internet–, que desde entonces suma una media de 10.000 visionados diarios y roza ya los 40 millones. En aquella ponencia de 19 minutos y 24 segundos, que tituló ¿Matan las escuelas la creatividad?, cuenta la anécdota de una niña retraída que siempre pintaba en clase. “¿Qué dibujas?”, le preguntó la maestra. “Estoy pintando a Dios”, respondió. Cuando su profesora le hace entender que nadie lo ha visto nunca, ella replica: “Mejor, en cinco minutos podrán saber cómo es”.
En sus charlas defiende que bailar es tan importante como sumar. Creo que la gente que piensa que bailar no es importante, probablemente ni baila ni nunca lo ha intentado. Y lo digo en serio. Los humanos tenemos un cuerpo, no somos programas, y nuestra relación con él es fundamental para nuestro bienestar. Muchos problemas del mundo civilizado tienen que ver con la obesidad, la diabetes o la depresión. En Estados Unidos hay una generación de jóvenes que, por primera vez, puede que vivan menos que sus padres debido a enfermedades cardiacas y otras dolencias vinculadas a una dieta pobre y poco ejercicio. El sistema educativo trata la vida humana como si solo importase lo que existe entre las dos orejas. La danza está relacionada con el resto de las artes y ciencias, y yo defiendo una concepción holística de la inteligencia. Además, resulta que hay un montón de matemáticas en la danza, pregunte a cualquiera que baile profesionalmente.
En 1997, el Gobierno británico le pidió formar una comisión nacional para asesorarle sobre cómo potenciar la creatividad en la escuela de los 5 a los 18 años. ¿Ha cambiado el sistema educativo desde su informe? El Gobierno actual avanza en sentido contrario, como ocurre en Estados Unidos. Pero el de entonces, con Tony Blair de primer ministro, llevaba tiempo planteando que hacían falta cambios. El mundo evoluciona rápida y profundamente, y los sistemas educativos que funcionaban en el siglo XIX no sirven para los retos actuales. Cuando Blair llegó al poder lideró una serie de reformas que tuvieron justo el efecto contrario: más estandarización, más pruebas, un currículo menos flexible. Así que unos cuantos le dijimos que, ya que lo pregonaba, debía tomarse en serio la creatividad. Si defiendes la alfabetización y te importa que la gente aprenda a leer y a escribir, no te limitas a dejar libros a su alrededor a ver si muestran interés. Si vas en serio con la creatividad, necesitas una estrategia para impulsarla, por eso reuní a 50 personas y creamos una comisión gubernamental para diseñarla.

Ken Robinson, durante la entrevista en el campus de la UCLA de Los Ángeles. NANCY PASTOR
Robinson forma parte de una corriente de pensadores que busca transformar el sistema con innovaciones, y que se enfrenta a otra, también muy relevante, que reclama reforzar la disciplina y evaluar de forma sistemática el modelo. Rechaza la proliferación de exámenes estandarizados que se da en Estados Unidos –donde los alumnos se enfrentan a hasta un centenar de evaluaciones externas a lo largo de su vida escolar– y que está empezando a implantarse en España. Su modelo pasa por una escuela que promueva disciplinas como la danza o el teatro, y que experimente con técnicas novedosas como el aprendizaje basado en proyectos, consistente en enseñar a los alumnos a través de casos reales. Por ejemplo, montar una empresa de jabones para aprender química y economía.
Lo cierto es que han transcurrido casi dos décadas y sus ideas no han calado. Al menos no de forma mayoritaria. Bueno, es difícil saberlo. Pero llevo hablando de esto mucho más de 20 años. Empecé en 1972, cuando conseguí mi primer trabajo en educación. Y hay otros que comenzaron mucho antes: Maria Montessori, John Dewey y muchos más. Siempre ha habido expertos que han reclamado una aproximación más humana y personalizada y no un sistema que se asemeje a una cadena de producción industrial. La gente piensa que es una excentricidad decir que la escuela funciona como una fábrica, pero es cierto. Se divide en compartimentos separados, a los que la gente acude durante unas horas fijas; los días se distribuyen en bloques de tiempo y los alumnos son evaluados de forma periódica para saber si son aptos para seguir ahí. A los que no se adaptan se les responsabiliza de su fracaso, pese a que es el sistema el que les ha fallado. La gente entiende esto y cada vez hay más colegios que quieren aplicar otras teorías.
De ellos habla en su último libro, Escuelas creativas (Grijalbo). La educación es un sistema dinámico y complejo. Hablo con mucha gente y a menudo veo que han recibido una influencia positiva porque sienten que, de alguna forma, les estoy dando permiso para innovar. Trato de justificar por qué la creatividad no es un conjunto extravagante de actos expresivos, sino la forma más elevada de expresión intelectual. Así funcionan los grandes académicos. La ciencia se ha cimentado sobre un pensamiento rico, original y creativo unido al entendimiento crítico. Estas charlas han logrado abrir ese debate. Hay países enteros cambiando, como Finlandia, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong y otras zonas de China, que ya empiezan a planteárselo.
¿Y Estados Unidos? Aún no. Al menos no a nivel nacional. Lo debaten, como hizo Inglaterra, pero luego hacen algo diferente. Afortunadamente, la educación va más allá de los discursos de los políticos. Yo trato de ayudar a la gente para que sean ellos los que modifiquen el sistema.
Usted proclama que los títulos universitarios ya no valen nada. No es que no valgan nada, es que valen menos. Cuando yo empecé en esto, si tenías un doctorado, formabas parte del 0,01% de la población mundial que lo había cursado, y ya no es así. Funciona como la inflación. Antes, una carrera era todo lo que necesitabas para conseguir un buen trabajo; ahora hace falta también un máster. ¿Dónde acaba? Supongo que dentro de unos años tendrás que ganar un Nobel para trabajar. “Ah, tienes un Nobel, qué bien. Pero ¿qué tal dominas el Excel?”. Las promesas de una buena educación superior comienzan a tambalearse. Algunos empiezan a pensar que tal vez no sea imprescindible ir a la universidad. Aunque, de momento, la pelota está en el campo de los titulados porque sus rentas son mayores que el promedio. Yo solo digo que eso está cambiando.

“ANTES UNA CARRERA ERA TODO LO NECESARIO PARA LOGRAR UN BUEN TRABAJO. AHORA HACE FALTA TAMBIÉN UN MÁSTER. ¿QUÉ SERÁ LO PRÓXIMO? ¿EL NOBEL?”

¿A quién perjudica el sistema actual? Cuando ves a niños a los que la escuela les da un mal servicio, que abandonan las aulas pensando que son estúpidos y acaban en las calles como pandilleros, en la cárcel, en trabajos precarios o que hunden su vida en antidepresivos y alcohol… No digo que la educación sea la respuesta a todo esto, pero creo que un mejor comienzo vital les brindaría la oportunidad de descubrir sus auténticas cualidades y elegir su camino. Esto ocurre a menudo en los buenos colegios. Hay profesores estupendos que son capaces de rescatar niños al borde del abismo y encauzarlos. Cuando digo que es una cuestión de derechos humanos no es una exageración: la gente tiene derecho a dirigir su propia vida.
En lo que Ken Robinson sí parece un auténtico angelino es en su aura de estrella. Sus charlas las gestiona la Washington Speakers Bureau, que pide un caché de entre 6.700 a 36.000 euros por conferencia. Además de figuras políticas estadounidenses, entre los representados de la agencia se encuentra el cocinero José Andrés o el expresidente José María Aznar. En 2015 le contrató Meridianos –que invitó a El País Semanal a Los Ángeles para entrevistar a Robinson–, la fundación española que busca opciones para menores marginados y que participa en la primera red europea de empleo para jóvenes exinfractores y en riesgo de exclusión social.
¿Cuál es el papel de los padres? Ahora trabajo en un libro dirigido a ellos, porque me preguntan mucho, y a veces las familias son parte del problema. Muchas de las presiones que llegan a los colegios provienen de padres angustiados por la educación de sus hijos. Otros muchos consideran que el sistema vigente está bien y piden más deberes y programas de refuerzo. Creo que les puedo ayudar porque solo conocen el modelo que vivieron ellos, y hay algunos mitos que me gustaría desterrar porque así presionarán para lograr un cambio. En Estados Unidos, los Estados están aprobando progresivamente el matrimonio homosexual, y eso hace 20 años era impensable. No estaba en la agenda, pero la gente transmitió que no tenía sentido y los gobernantes tuvieron que hacerles caso. El cambio llegó de abajo arriba, como ocurre siempre con los derechos civiles, y así es como debe transformarse el sistema.
¿Cómo educó usted a sus hijos? Me lo preguntan mucho y siempre respondo que cada niño es único. Mis chicos –el mayor, James, tiene ahora 31 años, y Kate ha cumplido 26– compartieron colegio en Inglaterra durante un tiempo. Para él era bueno, pero para ella no tanto. A James le interesa más la teoría, y a Kate, el diseño y la danza, y esa escuela era muy académica, así que decidimos cambiarla. Nos mudamos a Los Ángeles cuando ya eran adolescentes y la situación se repitió. Al final, sacamos a Kate del centro a los 16 años y la educamos en casa. Mi mujer se encargó de casi todo. Le diseñamos un programa y luego fue al colegio universitario [con titulaciones de dos años]. Lo curioso es que ahora le fascina la educación. No la hemos convencido nosotros, pero seguramente nuestra trayectoria le ha influido: dirige un proyecto del Gobierno finlandés, The HundrED, concebido para identificar los cien programas de enseñanza más innovadores del mundo.


Monday, July 18, 2016

Ruinas comunistas

Ruinas comunistas

Junio 5, 2014 | Tags: 
Durante su estancia en China al novelista cubano-español Ronaldo Menéndez se le ocurrió hacer un viaje por las ruinas del comunismo. Al regresar a su hogar madrileño decidió continuar, junto con su compañera Natalia, lo que habían iniciado en Pekín. El proyecto consistió en viajar un poco al azar como mochileros en plan de arqueólogos de una realidad difunta o en serio peligro de extinción: el comunismo. El resultado de su viaje es un divertidísimo libro, de prosa ágil e irónica, titulado Rojo aceituna: Un viaje a la sombra del comunismo (Madrid, 2014), altamente recomendable a los izquierdistas que no se hayan hundido todavía irremediablemente en la solemnidad malhumorada que les inspira esta época postcomunista. La experiencia china llevó a Menéndez a preguntarse cómo diablos había sido posible que en una sociedad tan profundamente devota del capital floreciera tan duramente el voluntarismo impuesto por un sistema comunista. Yo mismo, hace poco, emprendí un viaje a China con propósitos similares a los de Menéndez, salvo que mi estilo no es el de un mochilero en busca de lo auténtico, lo salvaje y lo profundo; yo prefiero lo artificial, lo cultivado y lo que está a flor de tierra, pues allí creo encontrar claves para iniciar una exploración de las ruinas del comunismo.
Me gusta la actitud irónica de este escritor, y la comparto. Aunque compruebo que su buen humor se paraliza cuando llega a Phnom Penh y visita la antigua escuela S-21, un edificio que albergó el centro de tortura y exterminio del Khmer rojo camboyano y donde murieron unas 17 mil personas (hoy es un museo que denuncia el genocidio). Tampoco es un tema para bromas la gran hambruna en China que entre 1958 y 1961 mató a unos 30 millones de personas, catástrofe en buena parte desencadenada por el llamado "Gran Salto Adelante" ideado por Mao. La tragedia china continuó pocos años después cuando Mao desencadenó la Revolución Cultural, que en China hoy casi todos repudian como algo nefasto.
Pero la agridulce ironía se revela como un buen método de aproximación a lo que ocurre en Cuba, Venezuela o Bolivia. Las aventuras de las nuevas formas de propiedad privada en Cuba son hilarantes, corroídas como están por una burocracia ineficiente que no tiene ni idea de qué hacer ante una transición hacia no se sabe bien qué. El surrealismo calamitoso de la llamada "Revolución Bolivariana" resulta especialmente divertido visto con los ojos de un cubano que es enviado a Venezuela como "especialista literario" para coordinar talleres para jóvenes escritores, y que acaba recluido en una antigua estación de policía, en un barrio pobrísimo de los cerros de Caracas, dando clases a personas analfabetas que no quieren alfabetizarse. El viaje al "socialismo del siglo XXI" en su versión boliviana no es menos irónico y sintomático. Allí, en Cerro Rico (Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad) malviven unos mineros ajenos a las antiguas glorias de la plata del Potosí, y que no ven con buenos ojos al gobierno socializante de Evo Morales.
El socialismo bolivariano nace bajo una luz crepuscular, ya marchito y como en ruinas. Hacia el final de su viaje, Menéndez llega a una triste conclusión: "hace treinta años los jóvenes militantes de izquierda eran aguerridos, afiliados, orgánicos. Hoy tienden a flotar en el flato de la decepción, lamerse las heridas y retirarse al margen". Pero el libro de Menéndez escapa a esta melancolía con ayuda de su buen humor satírico.
Es una pena que Menéndez, en lugar de irse al lejano Oriente desde América del Sur, no haya seguido su viaje hacia México, donde la izquierda necesita urgentemente fuertes dosis de ironía y de buen humor para repensar su pasado reciente. Una mirada humorística a las recientes desventuras de los movimientos de izquierda bien valdría la pena: guerrilleros que luchan por la paz, maestros rebeldes que protestan contra la falta de ignorancia, populistas que quieren bajar los impuestos, intelectuales alérgicos a la democracia, confrontaciones tribales...
Pero, ¿es posible encarar los infortunios con ironía y humor? ¿Hay novelistas en México capaces de mirar con sarcasmo las desgraciadas aventuras de todas las izquierdas, desde las reformistas hasta las comunistas? En general los fracasos suelen ocasionar ataques agudos de solemnidad. Pero cuando surge el buen humor es que ya se está logrando abrir un nuevo camino.
(Publicado previamente en el periódico Reforma)

"Somos lenguaje y amor"

EXCELENTE entrevista a Emilio Lledó uno de los últimos sabios de España. Sus opiniones sobre la importancia de la filosofía griega, de la cultura clásica y de la educación de los niños en el concepto del lenguaje como instrumento del pensamiento y de los sentimientos son reveladoras de la existencia de una tradición humanista que no se rinde ante la tecnología, ni ante el poder de los medios y los politicos.






"Somos lenguaje y amor. Por eso hay que educar también en eso a los niños en la escuela. Enseñarles la sensibilidad, a mirar un cuadro. Los niños tienen mucha más curiosidad de lo que los mayores pensamos, sin creer que la cultura es una cosa que tiene que meterse en la cabeza a la fuerza. La cultura es un estímulo. ¡Hasta los cómics!"








«Es importante que escapemos de las frases hechas»

Emilio Lledó


http://msur.es/2016/06/07/emilio-lledo/3/


Sevilla  | Mayo  2016
Confiesa estar cansado de entrevistas. El año pasado, tras atender a docenas de medios por la concesión del premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, hubo de retirarse a descansar con su familia. “Este año ya llevo más de treinta… ¡Y tengo 88 años!”, lamenta. Sin embargo, su aspecto es saludable, camina con envidiable rectitud y, lo que parece más importante para su profesión, posee intacta su famosa lucidez. Conversar con él es un placer que ningún periodista quiere perderse.
Emilio Lledó (Sevilla, 1927), hijo de saltereños y criado en Triana hasta la edad de seis años, académico de la lengua, profesor en las universidades de Heidelberg, La Laguna, Barcelona y Madrid, es uno de los pocos sabios españoles vivos. El pensamiento griego, la historia de la filosofía, el lenguaje y la memoria articulan su obra, en la que destacan títulos como La memoria del logos, El epicureísmo, Memoria de la ética, Elogio de la infelicidad, Pensar es conversar o Fidelidad a Grecia, entre muchos otros.
«Que se mantengan en cartel obras de Sófocles o Aristófanes es uno de los regalos más hermosos de la cultura»
Aunque reside en Madrid, mantiene un vínculo muy estrecho con su Andalucía natal, y nunca se ha arrepentido de rechazar el puesto que Gadamer le ofreció en la universidad alemana. Las expresiones que más repite, acaso sin darse cuenta, son “es sorprendente” o “es curioso”. Tal vez sea ése el secreto de haber llegado a esta edad en plenitud de facultades.
La Grecia que usted estudió tan a fondo, ¿guarda alguna relación con la Grecia de Tsipras y Syntagma, o son dos países completamente distintos que sólo por casualidad comparten nombre?
No conozco muy bien la Grecia contemporánea, he estado allí solo un par de veces, pero qué duda cabe de que los griegos de hoy son herederos de esa tradición. Me compré allí un par de ediciones de Diálogos de Platón y resultó que eran bilingües, en griego clásico y traducción al moderno. Me llamó gratamente la atención la belleza del clásico, no se podía decir, ni de lejos, que estuviera mejor dicho en moderno. Es sorprendente. No solo en Platón, en la Ilíada y en laOdisea, que se recogieron antes porque casi nadie sabía escribir… Cuántas veces leemos literatura contemporánea, aunque mucha sea importante y pensamos, ¿cuánto durará esto? A lo mejor, ni 30 años. En cambio, que se mantengan en cartel esas tragedias de Sófocles, las comedias de Aristófanes, la Historia de Tucídides, con ese lenguaje tan enormemente rico, expresivo, hondo, es uno de los regalos más hermosos de la cultura.
Entonces, la Fidelidad a Grecia que usted defendía en un libro, ¿es extensible al presente?
Por supuesto. Fidelidad y solidaridad.
Y paradójicamente, cada vez estamos más lejos de ella, al menos en los planes de estudio.
«Es clásico el autor que puedes estar leyendo continuamente sabiendo que cada vez te aporta algo nuevo»
Me sorprende que en los planes, o los desplanes, o los desplantes de estudio, no se dé la importancia que se debe a esa cultura clásica, al Humanismo. Por supuesto que la tecnología es importante en la sociedad que vivimos, que es una sociedad tecnológica. Pero ese poso cultural, esa relación con el lenguaje, el continuo diálogo, no solo con los griegos… Pienso también en el Quijote, que he leído muchas veces. Me sorprende que cada vez que vuelvo a él encuentro cosas nuevas. Esa es una de las características más hermosas, profundas, aleccionadoras y estimulantes de lo que llamábamos los clásicos. Me atrevería a definir clásico como aquel autor que puedes estar leyendo continuamente sabiendo que cada vez te aporta algo nuevo, como cada vez que escuchas las Sonatas para violoncello de Bach te renuevan, te reviven, te alientan.
Hay generaciones de estudiosos que han aprendido alemán sólo para poder leer a Hegel o Heidegger. ¿Es intraducible la filosofía? ¿Hay idiomas más indicados para otros para la Filosofía, como idea absoluta?
Creo que no. Cuando el pensamiento es poderoso, se puede decir en cualquier lengua. Tradicionalmente, se ha dicho que es muy apta la lengua alemana, es verdad, pero se puede hacer filosofía en cualquier lengua, con tal de que haya un interés. Los griegos hicieron un prodigio de cultura con la griega. Es verdad que la de los latinos, en comparación, no es aparentemente importante, pero eso no quiere decir que los romanos no estuvieran dotados… Para el pensamiento todos estamos dotados. Si no, estamos mal. Toda reflexión de libertad, todo mundo intelectual que tiene que ver con plantearse críticamente qué es la vida, la justicia, la bondad, el bien… Son planteamientos filosóficos que se puede hacer en cualquier lengua. El Quijote es un libro filosófico.
Sabemos que parte de las obras de Aristóteles nos ha llegado a través de traducciones árabes, que sin la civilización árabe, nuestra Filosofía actual no sería imaginable. ¿Por qué el ciudadano ilustrado medio conoce tan pocos nombres de filósofos árabes?
Me sorprende, no sé a qué atribuirlo, y no sé árabe. Me pregunto si podría haber un fanatismo religioso que estableciese, no sé… Todo pensamiento fanático, dogmático, que además implica una negativa para pensar en algo que no sea lo que el dogma dice, es en el fondo un freno para la racionalidad. La filosofía griega, en buena parte, fue herencia o llegó hasta nosotros a través de la cultura árabe. Por otro lado me choca que esa enorme explosión que hubo precisamente aquí, de libertad, con Averroes y Avicena, no ha vuelto a reproducirse.
Estamos acostumbrados al protagonismo masculino en la Historia, pero ¿no da la impresión que en la Filosofía, la tasa de mujeres es aún menor que en otras ramas? Todavía hay quien niega la categoría de filósofa a Hannah Arendt o a María Zambrano…
«Las figuras más grandiosas de la tragedia griega son mujeres. No solo Helena»
Bueno esa es una deformación de los que se resisten. En la cultura griega parece que hay cierto antifeminismo, la mujer tenía otro papel… Sin embargo, en elBanquete de Platón, el discurso más hermoso sobre lo que es el amor lo dice una mujer, Diótima de Mantinea. No he investigado sobre ella, tal vez fue un invento. Pero es curioso que habiendo distintos comensales y teorías sobre qué es el amor, el sentido del amor, el discurso más hermoso es de una mujer, lo cual no deja de ser importante. Y por supuesto, las figuras más grandiosas de la tragedia griega son mujeres. No solo Helena. Atribuir el concepto de machismo en la cultura griega, es inadecuado. Hay que estudiarlo a fondo.
Usted es académico. Reprochan a la RAE que mantenga un lenguaje que algunas tildan de sexista por el genérico masculino. ¿Cimenta el lenguaje una visión patriarcal de la sociedad? ¿Tiene sentido modificar el idioma?
No creo que sea un tema importante, la verdad. Es sociológicamente digno, pero lo realmente importante es que nos escapemos de las frases hechas. Vivimos como si el lenguaje fuera un lago helado, y patinamos sobre él. “Crear empleo”, pero bueno tío, ¿cómo se crea empleo?. Debajo de esa pátina helada, está el mar del lenguaje, el mar de los sentidos, el mar de los significados. Por eso la verdadera educación se fundamenta sobre todo en la enseñanza del lenguaje. No en la gramática, que será importante, sino en hacer pensar a los jóvenes, a los niños, en las palabras que usan.
En sus memorias, Juan Cruz lo recuerda a usted como un profesor que no exigía la acumulación de conocimientos, sino que sus alumnos fueran reflexivos y creativos.
«Muchos políticos hablan con frases hechas, con conceptos estereotipados que no llevan a nada»
Ha habido años en que la educación ha estado en mano de pedagogos poco pedagogos, encerrados en estructuras fanatizantes o fanatizadas. Por eso debemos fijarnos en cómo muchos políticos hablan con frases hechas, con conceptos estereotipados que no llevan a nada, ni dicen nada, ni pretenden nada, ni solucionan nada. Soy un apasionado del lenguaje, es lo que somos, somos lenguaje, somos comunicación, somos memoria, somos transmisión. Por eso me parece que una de las grandes insensateces que se dicen hoy es que no hay que tener memoria histórica, ¡pero bueno, si eso es el fundamento de lo que somos! No hay futuro sin memoria, ¿desde que trampolín saltaremos al futuro, si no tenemos el de la memoria? Y los políticos no estén a la altura de esa necesidad, ni son conscientes de la trascendencia de lo que ellos hacen. Lo que yo hago no tiene importancia, puedo escribir cuatro cosas, pero no tengo en las manos eso que llaman poder.
Uno de sus textos se preguntaba quién privatiza a los políticos. ¿Ha encontrado respuesta en estos años?
No, pero lo dejo abierto, porque se han privatizado, por supuesto. Sobre todo un tipo de político derechoide está privatizado por esas ideas conservaduristas, que son muy distintas de conservadoras. Cualquier político que tenga un poder real, y quiera influir en la sociedad, no tiene más remedio que no dejarse privatizar, a no ser que sea por los ideales de cultura, educación y bienestar colectivo.
¿Se puede ser proletario y epicúreo, o es una filosofía reservada para personas con posibles?
Fíjate cómo aprende uno continuamente, nunca me había planteado ese problema. Yo diría que Epicuro fue una figura popular, en su jardín entraban mujeres, cosa que por ejemplo era más problemático en el Liceo de Aristóteles o en la Academia de Platón. No había nada de elitismo en él. Y por otro lado, del epicureísmo no queda nada, tres cantos, unos cuantos fragmentos, fue barrido por la Historia. Y me huelo que fue arrasado ideológicamente, porque ese afán del cuerpo, procurar que sea feliz, que tenga alimento, alegría, esperanza, sentimiento de solidaridad, una cierta oligarquía lo rechazaba, le rechinaba. La ideología que subyace en Epicuro es una filosofía del más acá. Por eso creo que hay un resto epicúreo en Nietzsche cuando dice: “Hermano, permanecer fiel a la tierra”. No creas en los que te hablan de futuro, fuera del mundo, de los árboles, fuera de la realidad.
Hoy parece que nos exigen pertenecer al extremo opuesto, ser estoicos. Nos remiten a Epicteto…
«Eros es lo que realmente somos. Eso los negadores de la vida, del gozo, no lo pueden soportar»
Es curiosa la riqueza de estos filósofos aparentemente no tan importantes como Platón o Aristóteles, en parte porque no ha llegado su obra hasta nuestros días. A veces un cierto conformismo con la realidad también es saludable, sobre todo no aspirar a lo imposible, ni a la riqueza económica desmesurada, porque nadie puede controlar toda esa desmesura. Un hombre muy rico que estaba muriéndose me dijo una vez: “Emilio, sobrarme tantísimo dinero, ¡y no poder comprar ni un minuto de vida!”
¿Ha llegado a explicarse alguna vez por qué el Eros ha sido tan combatido por todas las iglesias?
Es lo que realmente somos. Es una manifestación del gozo del cuerpo. Eso los negadores de la vida, del gozo, no lo pueden soportar. Además, es una forma de liberación. El amor es una forma de salir de ti, encontrar un vínculo enormemente intenso, poderoso y creativo a su vez, que da vida. Somos lenguaje y amor. Por eso hay que educar también en eso a los niños en la escuela. Enseñarles la sensibilidad, a mirar un cuadro. Los niños tienen mucha más curiosidad de lo que los mayores pensamos, sin creer que la cultura es una cosa que tiene que meterse en la cabeza a la fuerza. La cultura es un estímulo. ¡Hasta los cómics!
¡No faltaba más!
«Durante la Guerra civil no se podrían comprar cómics, y yo me pintaba mis propios cómics»
Recuerdo que durante la Guerra civil no se podrían comprar cómics. En Vicálvaro, con diez o doce años, estábamos acostumbrados a oír las bombas que caían. A menudo nos sacaban del colegio y nos echaban a las eras, porque en los surcos te podías agachar. Entonces, la escapada era leer cómics, y yo me pintaba mis propios cómics. Es de las pérdidas que más siento de mis mudanzas. Todavía recuerdo que eran cuartillas, con aquellas chinchetas amarillentas, y tenía como quince o veinte dibujos, casi todos de combates de aviación. Era una pequeña escapada del mundo, de lo inmediato.
Usted ayudó a los emigrantes andaluces en Alemania. ¿Cómo está viviendo la actitud de Europa en el drama de los refugiados?
Una de las cosas que me sorprenden es que se hable de refugiados con tanta intensidad, pero nadie nos explique por qué hay esas guerras. Si hubiera que establecer un porcentaje, sería el 95 % es teoría del refugiado, y solo el 5 % se dedica al porqué. Hay que insistir, exigir que nos digan las causas de que la gente huya. ¿Por qué hay guerra? Llevamos cinco años en Siria y todavía no lo sabemos, no nos iluminan. Y es un problema que tenemos que abordar.

Sin tele, a mucha honra

Uno de los episodios más controvertidos –o simplemente ruidosos– de las múltiples andanzas de Emilio Lledó fue su presidencia del Consejo para la Reforma de los Medios de Comunicación del Estado creado por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
El supuesto escándalo vino con la revelación de que el profesor asumía esa responsabilidad a pesar de no tener tele en casa. Naturalmente, sigue sin tenerla, aunque afirma saber del medio televisivo como el que más.
“Me dieron tanta caña… ¡Un señor que no tiene televisión! Mire usted, perdí un año de mi vida trabajando sin cobrar un céntimo, no quisimos cobrar ninguno del consejo. Y ahora soy el especialista en televisión, no diré el número uno, pero sí entre la docena de máximos especialistas, porque lo sé todo. Me hinché a leer libros en inglés, en francés, en alemán… Yo he tenido televisión cuando vivía en Barcelona, por los niños. Pero cuando me fui a Alemania, -mis hijos ya no vivían conmigo, estaban fuera-, el aparato estaba roto. Me dio pereza comprarme otro y empecé a vivir sin televisión, y aprendí a no echarla de menos. Me ha gustado ver algunas cosas en casa de un amigo, o en un hotel. Pero no hace falta ver 40 programas de Sálvame Deluxe o Denoluxe para saber quién es Belén Esteban. Me dolió mucho aquella ferocidad con que me dieron, porque era injusto”.

Saturday, June 4, 2016

Murió un grande de la literatura: "el Mozart de la pradera"


El prolífico escritor norteamericano Jim Harrison murió hace apenas un mes y no nos enteramos. !Que pena! Hemos estado muy ocupados con los políticos. Harrison fue llamado "El Mozart de las Praderas", pues fue un hombre que vivió en el Oeste y escribió sobre estas tierras salvajes, su cultura y su estilo de vida rebelde y libre. Aquí un articulo sobre su creación literaria publicado en The New Yorker.


MARCH 30, 2016
Jim Harrison, Mozart of the Prairie





This essay is adapted from “The Accidental Life: An Editor’s Notes on Writing and Writers,” a memoir by Terry McDonell that will be published by Knopf in August.

The first chapter of Jim Harrison’s first novel, “Wolf,” begins with a two-page sentence. Jim said it was vanity, that he wanted to show it could be done, because he was a young writer and hungry. That was in 1971. A few years later, when I was starting to work with him, I asked if his editor had tried to do something with that first sentence.


“Of course,” he said, wearily, as if in my tragic inexperience I was unable to grasp the basic construct of editing him. Jim did little revising and was proud of it. Rewriting was for people who hadn’t worked everything out early—not for Jim, who insisted he always thought things through before he wrote anything down. As for editors, why should he let them fool with his choices? They were not, as he had explained to me when we first met, writers. He also liked to note that he was a poet and “editors don’t change poems.”

“I wouldn’t change any of your poems either,” I said, but when it came to his journalism I wasn’t so sure. Being above editing was a pose some writers found situationally useful the way some children are “allergic” to lima beans. It was the foot Jim liked to get off on, and, sure enough, we tangled over copy our first time around. I was at Outside magazine and suggested that his lede on a piece about Key West was really the second paragraph and that the first paragraph should be the kicker. He hung up on me.

I got an immediate follow-up call from his agent, Bob Datilla, a tough, reasonable guy.

“You want to pull the piece?” I asked, after his declension of my shortcomings.

“Of course not,” Datilla said. “We just want to be on the record that you’re a dumb shit. (Pause.) But Jim can be difficult, too.”

“So we’ll all think about it?” I said.

“Exactly.”

I’m not sure how much we all thought about it, and we never discussed the piece again. Maybe Jim didn’t notice. But I learned to tread lightly or risk being told, as I once was, by him, “you lynched my baby.” As we worked on more pieces together, we talked about other things, like what we were having for dinner, as much as about what we were reading. My working relationship with Jim, my growing friendship with him, was nourished by even the mundane details of his life.

Some writers set themselves up so they can work with a view—the mountains, the sea, a river, perhaps an interesting cityscape. Others work closed-in, with no distractions, just their desk and whatever they have on the wall in front of them. Jim lived on a farm in Lake Leelanau, Michigan, fifty miles from where he was born. There was also a cabin on sixty acres off a two-track road five hours north by car, beyond Grand Marais on the Upper Peninsula, where he sometimes retreated to write. But he worked best from two to four in the afternoon in a tight place like the one-room ranch cabin in Patagonia, Arizona, with small windows and a twenty-year out-of-date calendar on the back of the door, the winter place Jim’s early screenwriting money had paid for. A journalist sent from New York to interview him had walked with Jim the half mile from the main house to the writing cabin and asked if it was a movie set. This turned into a story Jim would tell about what he saw as the double misunderstanding about his work, because no, he wasn’t in the movie business. Not really, anyway.

The stories about Jim’s adventures writing for film began when Jack Nicholson loaned him thirty thousand dollars to live on for the time it would take to write three novellas that might make good movies. They could also be published together as a book, which was more important to Jim. He had a draft of “Legends of the Fall” in ten days and was done with the second, “Revenge,” in another two weeks. “The Man Who Gave Up His Name” came a little slower and was the only one that didn’t become a film. It was about a just-retired Midwestern C.E.O. named Nordstrom who visits Manhattan to see his betrothed daughter, does battle with coke dealers, and moves on to the Florida Keys, where he finds work as a chef and dances all night with the waitresses.

But it was the title novella, “Legends of the Fall,” the one that Jim said he wrote in ten days, that became his big ticket. The then editor-in-chief Clay Felker ran it in Esquire at twenty-three thousand words in 1979, followed by “Revenge” at a thundering thirty thousand words. The magazine appeared bolder than it had been in years, and Jim seemed to have invigorated American fiction. The traditional four-thousand-word short story, the staple of M.F.A. programs and all the major magazines, looked claustrophobic in comparison. Jim’s vocabulary was not tricky, although his sentences went long and were compound (rather than complex). It was a surprising style, clear, and one reviewer said you could see through it down to the bottom of his meaning. For years after, the prominent blurb on the paperback editions of all of Jim’s books was from Bernard Levin, in the Sunday Times of London, about the “Legends of the Fall” collection: “Jim Harrison is a writer with immortality in him.” Immortality is a big word, but Jim’s friends, his rivals even, just nodded and looked forward to the next book.


Jim was interested in visiting the graves of writers and sometimes travelled for that purpose. Out of that came the idea—mine—of a literary travel column, which became “The Raw and the Cooked” when Jim turned it to food—his idea. It was also Jim’s idea to borrow the title from the French anthropologist Claude Lévi-Strauss, and his idea that “opposites drawn from everyday experience with the most basic sorts of things—e.g., ‘raw’ and ‘cooked,’ ‘fresh’ and ‘rotten,’ ‘moist’ and ‘parched,’ and others—can serve a people as conceptual tools.” Heavy lifting, but then suddenly on-the-nose and droll when applied to, say, cuisine minceur, which Jim wrote was “the moral equivalent of the foxtrot.” After a massive lunch at Ma Maison, in Beverly Hills, with Orson Welles, Jim wrote he had to “brace his boot on the limo’s doorsill to hoist the great director to the curb.”

Food, cooking it and eating it, had always been central to Jim’s writing in that it offered a “commensurate and restorative joy.” His days fishing and hunting, especially with close friends, were, as Jim Fergus described in his introduction to his “Art of Fiction” interview with Jim for The Paris Review, “devoted to planning, shopping for, preparing, discussing, and finally eating one breathtaking meal after another, at the end of which preliminary discussions and preparations for the next meal begin almost immediately.” Jim’s e-mails often noted cooking truths such as the impossibility of finding Gambel’s quail or antelope in the supermarket—or that “in my youth there were so few presents that I liked, mostly a jar of herring or a small orange.”

“The Raw and the Cooked” began in SMART, in late 1988, moved with me to Esquire, in 1990, and ran up twenty-nine columns there—all of them about joy, obsession, love, sex, family, landscape, life, death, and all of the confusing reasons why there is nothing better than having something good to eat. Most publicly ambitious of all of Jim’s meals was a thirty-seven-course lunch prepared by the French chef Marc Meneau from recipes drawn from seventeen cookbooks published between 1654 and 1823. Jim wrote that the meal lasted “the same amount of time as the Varig flight from New York to Sao Paulo.” The piece ran in The New Yorker in 2004, and gourmands still talk about it. Chefs loved him too, because he cooked himself, with great attention to detail and respect for the most normal of foods.

Eventually, Jim wore some of this on his face, and with the blind eye from a childhood accident and the disappearing teeth that he refused to replace, he could look a bit weathered, but he was still handsome, in the manner of a mahogany stump. He put on some weight, which annoyed him, and he watched it in his own way, explaining that a two-hour walk in the woods earned him a thirty-two-ounce rib eye. Tom McGuane said that if he added up all the weight Jim had mentioned losing over their years of correspondence, it would top two thousand pounds.

During the last week of 2013, Jeff Baker of the Portland Oregonian asked Jim about his health and was told, “About a B-minus.” The headline on the piece read: “Jim Harrison says he writes more books because he ‘stopped drinking half-gallons of vodka.’ “ That quote was Jim’s answer to a question about what critics were calling his “astonishing” late-career productivity. Jim was seventy-six and had agreed to a phone interview with Baker to support the publication of his “Brown Dog” collection, his thirty-sixth book. In the course of two decades, he had written six novellas about the Brown Dog character that critics liked to paint as Jim’s alter ego, and likened to a “21st-century version of Huck Finn.” Well, maybe, if Huck were an itinerant laborer, drinker, and trout fisherman of mixed Chippewa-Finnish blood. Jim told the New York Times that Brown Dog was “unimpeded,” and that he had wanted to write “a totally free man, which means he is poor but doesn’t care.”

When Jim sold the farm in Michigan to move to Montana, he wrote to me that he was thinking about an essay:

In the past decade there had been an influx of the very wealthy replacing the farmers and commercial fishermen . . . and I had this weary leftist notion that I no longer wanted to live on a farm I couldn’t afford to buy. I didn’t want to become the kind of stale geezer who orders a pamphlet from Popular Mechanics on how to carve a violin out of a single block of wood. It takes no more money and effort to make a good movie than a bad movie but sometimes a bad movie like life is in the cards.
Jim’s books had always sold very well in France, and when I heard that “Mozart de Prairie” was the headline of a story about him on the arts front of Le Monde, I looked for it and found many pieces in French newspapers about him, but none with that headline. Maybe it was apocryphal. If it had run, I hoped the photo was the one of Jim as a young poet in overalls without an undershirt, leaning back with his arms spread across the side of a farm horse. He was smoking in that picture, but you could see the body of a gymnast, which he had been in high school and college. Jim became famous for his fiction, celebrated internationally as a storyteller of genius, but through all the years, and the novels and novellas and films that came with them, he remained a poet, his life syncopated with contrapuntal complexities and the chromatic cadences of rural landscapes. “Mozart de Prairie” was a brilliant headline, even if it never ran.

From the book “The Accidental Life,” by Terry McDonell, copyright © 2016 by Terry McDonell. Published by arrangement with Alfred A. Knopf, an imprint of The Knopf Doubleday Publishing Group, a division of Penguin Random House LLC.

Wednesday, May 11, 2016

habana donde te amé

feroz y blanca habana, villa indomable,
tu santo no se cansa de perseguirte con espada caliente
para mirar "la rosa azul de tu vientre",
habana silvestre, marina y guerrera,
erguida y sensual desde sus centenarios fuertes,
cósmica y cimarrona, dulce y salada,
de las columnas y los portales,
de las murallas y los vitrales...
de casitas de puertas abiertas y musgosos patios,
de rutinarias esquinas que vociferan sobre calles gastadas....
habana maldecida y hechizada,
casi amansada como animal doméstico por reyes sin estirpe,
invadida por corsarios ingleses y franceses y cartagineses...
amante de viajeros, de aves de paso, de bienvenidos y mal llegados,
de marineros portugueses, rusos y holandeses y chinos y judios y libaneses,
pecadora nocturna de boquitas rojas,
santa en procesión en las mañanitas frescas de salitre y de brisa callejera,
moribunda ...y resucitada cada año junto al árbol sagrado,
abandonada y traicionada, pintada, cantada, bendecida y soñada,
imaginada, codiciada y reinventada mil veces de la nada...
ya sin poder, sin abolengo,
pero astuta aguardas tu momento, tu coartada...
para vengarte de tanta historia falsificada, de tanta intriga,
de tus ventanas rotas y tus lágrimas, de tus noches oscuras sin esperanza,
pero regresas a la danza de tus olas, a tu mar en calma
y vuelves a tu murmullo y a tus ritos, a tus cartas y adivinanzas,
sobre la cola del caimán esperas agazapada,
protegida por tus cangrejos, tus caracoles y tus playas...
habana de los parques donde te amé sin saber nada... sin extrañarte,
sin pensar en el día que ya no estabas...
"aunque no me quisieras te querría
por tu mirar sombrío,
como quiere la alondra al nuevo día,
sólo por el rocío"

Monday, April 18, 2016

presentimientos (Forebodings)


presentimientos


tengo presentimientos terribles, 
que aparecen en mis sueños 
como el zumbido de mil abejas contra el cristal,
tengo presentimientos oscuros que me asustan,
que gritan y me despiertan en la mañana temblando,
tengo presentimientos que duelen,
esos de “hay golpes en la vida tan fuertes”,
tengo presentimientos fugaces,
que no dan tiempo a entenderlos
y gracias a Dios no retornan.
tengo presentimientos fijos,
como obsesiones clavadas en el alma,
hechos de ser y no ser, de estar sin estar,
tengo presentimientos extraños, sin sentido,
como palpitaciones del corazón
que desaparecen pero dejan rastros de temor.
tuve un día el presentimiento
de ver tu nombre en los periódicos a mala hora,
y ver todas aquellas flores ridículas y sin color,
y fue un verme petrificada,

queriendo que aquel ascensor
no se detuviera nunca en su bajada.
y fue verdad,
presentí el día exacto que te irías, y cómo y dónde.
y fue verdad,
presentí que nunca regresarías
por el tono de tu voz en la despedida,
y fue verdad,
pero nunca pude saber por qué.


(Forebodings)

I have terrible forebodings,that appear in my dreamslike the buzz of a thousand bees against the glass of the window,I have dark forebodings that scare me,they shout and wake me up in the morning shaking,I have hunches that hurt,those of "there are blows in life so strong",I have fleeting feelings,that do not give time to understand themand thanks God they do not return.I have feelings,like obsessions nailed in the soul,made of being and not being, to be or not to be,I have strange forebodings, meaningless,like heart palpitationsthat disappear but leave traces of fear.I had a feelingto see your name in the newspapers at the wrong time,and all those ridiculous and colorless flowers,and I saw my self petrified,wanting that elevator,which never stopped on his descent.and it was true,I knew the exact day you would go, and how and where.and it was true,I knew that you would never come backby the tone of your voice in the farewell,and it was true,but I could never know why.

"una novela es algo mágico"

18 MAY 1983
(publicado en El Pais)

¿Sabe usted quién era Mercè Rodoreda?



La semana pasada pregunté por Mercè Rodoreda en una librería de Barcelona y me dijeron que había muerto hace un mes. La noticia me causó una pena muy grande, primero por la admiración muy justa que siento por sus libros y segundo por el hecho inmerecido de que la noticia de su muerte no se hubiera publicado fuera de España con el despliegue y los honores debidos. Al parecer, pocas personas saben fuera de Cataluña quién era esa mujer invisible que escribía en un catalán espléndido unas novelas hermosas y duras como no se encuentran muchas en las letras actuales. Una de ellas -La plaza del Diamante- es, a mi juicio, la más bella que se ha publicado en España después de la guerra civil.La razón de que se la conozca tan poco, aun dentro de España, no puede atribuirse a que hubiera escrito en una lengua de ámbito reducido, ni a que sus dramas humanos transcurran en un rincón secreto de la muy secreta ciudad de Barcelona, pues sus libros han sido traducidos a más de diez idiomas y en todos ellos han sido objeto de comentarios críticos mucho más entusiastas de los que merecieron en su propio país. "Éste es uno de los libros de alcance universal que haya escrito el amor", escribió en su momento el crítico francés Michel Cournot, refiriéndose a La plaza del Diamante. Diana Athill, sobre la versión inglesa, escribió: "Es la mejor novela publicada en España en muchos años". Y un crítico del Publisher Weekly, en Estados Unidos, escribió que era una novela extraña y maravillosa. Sin embargo, hace algunos años, y con motivo de alguno de tantos aniversarios, se hizo una encuesta entre escritores españoles de hoy para tratar de establecer, según su criterio, cuáles eran los diez mejores libros escritos en España después de la guerra civil, y no recuerdo que alguno hubiera mencionado a La plaza del Diamante. En cambio, muchos citaron con toda justicia La forja de un rebelde, de Arturo Barea. Lo curioso es que este libro, cuyos cuatro tomos apretados habían sido publicados a fines de la cuarta década de este siglo en Buenos Aires, no había sido ni ha sido todavía publicado en España, y, en cambio, La plaza del Diamante llevaba ya veintiséis ediciones en catalán. Yo la leí en castellano por esos tiempos, y mi deslumbramiento fue apenas comparable al que me había causado la primera lectura de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, aunque los dos libros no tienen en común sino la transparencia de su belleza.

A partir de entonces, no sé cuántas veces la he vuelto a leer, y varias de ellas en catalán, con un esfuerzo que dice mucho de mi devoción.

La vida privada de Mercè Rodoreda es uno de los misterios mejor guardados de la muy misteriosa ciudad de Barcelona. No conozco a nadie que la haya conocido bien, que pueda decir a ciencia cierta cómo era, y sus libros sólo permiten vislumbrar una sensibilidad casi excesiva y un amor por sus gentes y por la vida de su vecindario que es quizá lo que les da un alcance universal a sus novelas. Se sabe que pasó la guerra civil en la casa familiar de San Gervasio, y su estado de alma de ese tiempo es evidente en sus libros. Se sabe que después se fue a vivir a Ginebra, y que allí escribió al rescoldo de sus nostalgias. "Cuando empecé a escribir la novela apenas si recordaba cómo era la plaza del Diamante", escribió en uno de sus prólogos, que son muestras ejemplares de su conciencia de novelista. Alquien que no sea otro escritor podría sorprenderse de que la autora hubiera logrado una recreación tan minuciosa y lúcida de sus lugares y sus gentes a partir de una vivencia remota, casi perdida entre las brumas de la infancia. "Sólo recordaba", ha escrito en el prólogo de una edición catalana, "cuando tenía trece o catorce años, que una vez, por la fiesta mayor de Gracia, fui a caminar por las calles con mi padre. En la plaza del Diamante habían levantado una carpa, como en otras plazas, por supuesto, pero la que siempre recordé fue aquella. Al pasar frente a esa caja de música, yo, a quien mis padres habían prohibido bailar, tenía unos deseos desesperados de hacerlo, y andaba como un ánima en pena por las calles adornadas". Mercé Rodoreda suponía que fue a causa de esta frustración que muchos años después, en Ginebra, empezó su novela con aquella fiesta popular.
En general, esa ansiedad de bailar, que sus padres reprimieron siempre porque no era admisible en una chica decente, ha sido identificada por la propia escritora como la contrariedad original que le dio el impulso para escribir.
Pocos autores han hecho precisiones tan certeras y útiles sobre el proceso subconsciente de la creación literaria como las que hizo Mercé Rodoreda en los prólogos de sus libros. "Una novela es un acto mágico", escribió. Hablando de Espejo roto -su novela más larga- hizo otra revelación casi alquímica: "Eladi Farriols, muerto y tendido en una biblioteca de una casa señorial, me resolvió el primer capítulo del modo más inesperado". En otra parte dijo: "Las cosas tienen una gran importancia en la narración. Y la han tenido siempre, mucho antes de que Robbe-Grillet escribiera Le voyeur". Conocí esta declaración mucho después de que su autora me hubiera deslumbrado con la sensualidad con que hace ver las cosas en el aire de sus novelas, mucho después de que me hubiera asombrado la luz nueva con que las iluminan sus palabras. Un escritor que todavía sabe cómo se llaman las cosas tiene salvada la mitad del alma, y Mercé Rodoreda lo sabía a placer en su lengua materna. En castellano, en cambio, no todos los escritores lo sabemos, y en algunos se nota más de lo que nosotros mismos creemos.
Creo -si no recuerdo mal- que Mercé Rodoreda es la única escritora (o el único escritor) que he visitado sin conocerla, impulsado por una admiración irresistible. Supe por nuestro editor común, hace unos doce años, que ella estaba en Barcelona por pocos días, y me recibió en un apartamento provisional, amueblado de un modo muy sobrio y con una sola ventana que daba sobre el jardín crepuscular de Monterolas. Me sorprendió su aire distraído que más tarde encontré definido en uno de sus prólogos: "Quizá la más marcada de mis múltiples personalidades sea una especie de inocencia que me hace sentirme bien en el mundo en que me ha tocado vivir". Entonces yo sabía que junto a la vocación literaria tenía una vocación paralela, tan dominante como la otra, y era la de cultivar flores. Hablamos de eso, que yo consideraba como otra forma de escribir, y entre rosas y rosas trataba de hablarle de sus libros y ella trataba de hablarme de los míos. Me llamó la atención que de todo lo escrito por mí le interesaba más que nada el gallo del coronel que no tenía quien le escribiera, y a ella le llamó la atención que me gustara tanto la rifa de la cafetera en La plaza del Diamante. Tengo hoy un recuerdo entre nieblas de aquel extraño encuentro, que sin duda no fue uno de los recuerdos que ella se llevó a la tumba, pero para mí fue la única vez en que conversé, con un creador literario que era una copia viva de sus personajes. Nunca supe por qué, al despedirme en el ascensor, me dijo: "Usted tiene mucho sentido del humor". Nunca más tuve noticias de ella hasta esta semana, en que supe por casualidad, y en mala hora, que le había ocurrido el único percance que podía impedirle seguir escribiendo.

Copyright 1983.















Saturday, April 16, 2016

Niebla

Niebla

no sé a dónde va a parar todo esto 
sólo veo rocas que desfilan insinuantes
no sé a dónde va a parar… todo es
pétalos secos y el silencio
no sé a dónde va a parar todo
sólo veo aullantes coyotes perdidos en el desierto
no sé a dónde va a parar
sólo veo trenes que van y vienen, que vienen y van
no sé a dónde va a
dar mi orgullo con este mentir y volver a lo mismo
no sé a dónde va
la niña que soñó conmigo
y yo también soñé con ella junto al mar a plena luz de agosto
no sé a dónde
te fuiste tan temprano que ya eres sólo borroso trazo en mi memoria
no sé... a
que edad me muero ni si me acuerdo
no sé
si me asomo al acantilado para verme flotando feliz sobre el oleaje
no
ni siquiera sé cómo soporto esta niebla y es muy tarde


Olga L. Miranda



Saturday, March 19, 2016

Somos la sociedad del espectáculo, "somos ese montón de espejos rotos"

URBANISMO, TERRITORIO Y PAISAJE

corrects IE6 width calculation
martes, 30 de marzo de 2010
La sociedad del espectáculo

Cuando explico el tema del Land-Art en la asignatura de Paisaje que imparto en la Escuela de Arquitectura de Madrid empiezo siempre refiriéndome al hecho de andar como experiencia artística. Dadá, Breton, Guy Debort… Dado el escaso tiempo de que dispongo, al hablar de Guy Debort tengo que referirme (pero sin dar muchas explicaciones) a la Internacional Situacionista. También menciono a Constant como segunda derivada del tema, y sigo adelante. Después de hacer esto a lo largo de los cuatro últimos años he llegado a la conclusión de que el 95% de mis alumnos no conocían la existencia de la Internacional Situacionista hasta que no se la mencioné. Alguno se atreve a preguntarme qué es eso. Y me pone en un compromiso porque no puedo dedicarle el tiempo suficiente ni tan siquiera para explicarle su significado. Es entonces cuando me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Los que hemos vivido el mayo de 1968 en la Universidad (popularmente conocidos como excombatientes del 68) la situación nos parece sorprendente. Buena parte de las ideas más revolucionarias y rompedoras de este siglo proceden de las propuestas de sus integrantes, bien como miembros de la IS o como pertenecientes a otros grupos que se formaban y desaparecían con una facilidad extraordinaria. Su interés para nosotros es que sus análisis y propuestas tienen mucho que ver con la ciudad, cosa no demasiado común cuando se trata de corrientes de pensamiento.



Las reflexiones anteriores me han surgido a raíz de pensar sobre qué libro podía leer estos días de descanso. Decidí escarbar en las “capas geológicas” de la buhardilla donde los libros se van acumulando y los de atrás quedan para siempre sepultados por los que se van colocando delante. Allá por el pleistoceno, debajo de un libro de Víctor D’Ors, encontré unas hojas grapadas con unas pastas de cartulina amarilla sobre la que había escrito: “La sociedad del espectáculo”, y debajo “Guy Debord”. Viejos recuerdos. Pensé de inmediato que me gustaría volver a leerlas. Y claro, no me duró la lectura ni un par de horas con lo que el problema de qué leer estos días permanece. Pero también pensé que sería bueno recuperarlas. Así que busqué en Internet suponiendo que en algún sitio estarían accesibles. No me costó mucho encontrarlas. En español, en inglés y en francés. Aunque también podéis leer el libro en edición “analógica” y casi en cualquier idioma. En el enlace en español que he puesto arriba se aloja una traducción más aceptable que la de mis páginas ciclostiladas (aunque no las cambio por nada). Después de la lectura de los párrafos más inteligibles me acordé de mis alumnos y su desconocimiento de la Internacional Situacionista. De inmediato decidí que sería bueno escribir algo en el blog. Debo advertir que el tema es complicado y muy difícil de explicar en forma comprensible (aparte de ser un ladrillo de fechas, nombres y situaciones). Pero no todo en esta vida va a ser escribir sobre rotondas. De forma que empiezo.


Imagen de Adrian Cooper

Así como, y hablo en términos muy generales, el marxismo consideró siempre a la ciudad de una forma secundaria (si se consigue solucionar la cuestión social el problema urbano se resolverá por sí mismo) esta reedición de la Internacional que es la Internacional Situacionista la pone en un lugar importante de la discusión, por lo menos en su primera etapa. Pero, para empezar, habría que situar el situacionismo (¡qué belleza de expresión! Para los situacionistas "el situacionismo es un vocablo carente de sentido, concebido evidentemente por los antisituacionistas", nº 1 de Internationale Situationniste, 1-VI-1958). Para ello me remontaré al período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. Algún día tendré que desarrollar y sustentar esta tesis pero se va acumulando tal cantidad de material y evidencias acerca de esta guerra como punto de ruptura en la concepción de la ciudad (en el arte, en la relación con el territorio, en el uso del espacio público) que no es de extrañar que consciente o inconscientemente, empiece el relato en este punto.

Línea 1, el grupo COBRA

En el año 1948, Appel, Jorn y Corneille, a los cuáles se sumaron luego Atlan, Alechinsky, Constant, Noiret y Dotremont, crearon el grupo COBRA (iniciales de las ciudades de procedencia de sus primeros integrantes: Copenhague, Bruselas y Ámsterdam) que se marcan como objetivo la no interferencia de la razón sobre el inconsciente. Reactivadores, pero críticos también, del surrealismo, llegaron a publicar unos pocos números de Cobra Revue y realizaron tres exposiciones colectivas antes de disolverse en 1951.



En sus planteamientos destaca la influencia de Henry Lefebvre (qué recuerdos, El derecho a la ciudad fue el libro de cabecera de muchos de los elementos más activos de la sociedad española en aquellos momentos) no sólo respecto a los temas urbanos sino, y sobre todo, sus tesis sobre la vida cotidiana. La cuestión de la llamada “satisfacción de los deseos” muy relacionada con sus análisis sobre la incipiente sociedad del bienestar, a través del grupo COBRA, ocupará un lugar central en la teoría situacionista y su influencia se puede rastrear hasta el día de hoy en las propuestas, por ejemplo, en el Desarrollo a Escala Humana al que me he referido al final del artículo anterior. También las ideas de Constant sobre un urbanismo unitario influirían de forma determinante sobre todo al comienzo de la IS.


La Bauhaus Imaginista: Constant Pinot y Jorn (Not Bored!)

Al disolverse COBRA en 1951 sus integrantes siguen caminos diferentes, pero Jorn (después de un intento de asociarse con Max Bill, exalumno de la Bauhaus), junto con Constant y Pinot Gallizio, un italiano que no había formado parte de COBRA, deciden fundar la Bauhaus Imaginista cosa que hacen en noviembre de 1954. Su idea era una nueva Bauhaus más experimental, de forma que ponen en funcionamiento en Albisola (Italia) un laboratorio dedicado en principio a trabajar con nuevos materiales cerámicos y de pintura. Todo este período con la formación continua de grupos y su separación para crear otros nuevos me recuerda una fiebre parecida en la música que en este caso se resolvió con la aparición de nuevas formas y expresiones estéticas. Quien esté interesado en este tema concreto de los grupos artísticos y de pensamiento (yo no puedo aquí más que dar leves pinceladas) puede encontrar mucha información en el libro de Hal Foster, Rosalind E. Krauss, Yve-Alain Bois y Benjamin H. D. Buchloh titulado Arte desde 1900. Modernidad, antimodernidad, posmodernidad publicado por Akal. Es caro pero ofrece una panorámica muy completa de todo el siglo.

Línea 2, el Movimiento Letrista

El Movimiento Letrista se presenta públicamente el 8 de enero de 1946. Fundado por Isidore Isou (Jean-Isidore Goldstein) y Gabriel Pomerand fue controvertido desde sus comienzos. Los escándalos jalonan su existencia. Por ejemplo, Isou interrumpe el mismo año de su fundación una conferencia sobre Dadá que estaba pronunciando Michel Leiris para leer un poema (infumable) y el primer y único número de La dictadura letrista. Al año siguiente la editorial Gallimard publica el manifiesto letrista: “Introduction a une Nouvelle Poésie et a une Nouvelle Musique”. También resulta, además de infumable, ilegible en su mayor parte. Lo único que parece entenderse es que, según Isou, lo que podía salvar a la poesía era la deconstrucción de las palabras y su estructura, y su forma tal y como se entendía hasta la fecha debería ser abolida. Como resumen, las palabras en su nueva organización sólo eran válidas fundidas con la música constituyendo un “arte único” sin rastro de la diferencia original. Pero, probablemente, lo que nos ayude a entender lo que siguió es la afirmación de que el surrealismo estaba muerto. Esta crítica al surrealismo la tomará más adelante la Internacional Situacionista como una de sus banderas y es muy común en la mayor parte de los elementos que pululan por las vanguardias en estos momentos.


Isidore Isou, “Hypergraphies Polylogue” 1964 (MACBA)

A partir de 1950 se suman al Movimiento personajes como Brau, Wolman, Lemaitre o Guy-Ernest Debord. Este último formaba parte del grupo marxista francés Socialismo o Barbarie que combatía el estalinismo en todas sus formas tratando de desarrollar un marxismo antidogmático. Hasta tal punto que consideraban a la URSS y a los países socialistas como capitalistas de estado. En los años 1951 y 1952 el Movimiento Letrista pone los cimientos del llamado “Cine Letrista”. Así, en 1951, se le concede a la película de Isou el primer premio al cine de vanguardia en el Festival de Cannes por el trabajo “El tratado de la bobada y la eternidad”. Aunque este no es un blog de cine y debería ir directo a nuestros intereses no me resisto a comentar algo sobre la película (?). Por ejemplo, la banda sonora iba por libre, no tenía nada que ver con las imágenes. Imágenes que, por cierto, consistían en tomas fijas rotas y rayadas previamente y deliberadamente aburridas. Y Debord filma en 1952 “Hurlements en faveur de Sade” con una serie de secuencias sólo en blanco o sólo en negro con una voz en off de fondo. No sigo por este camino pero quien pueda estar interesado no tiene más que consultar una historia del cine. Dejamos aquí el Movimiento Letrista porque en 1952 sufre una escisión por la izquierda (básicamente el matrimonio Debort-Bernstein) y se funda la Internacional Letrista. El detonante de la escisión fue el boicot que le organizaron a Charlie Chaplin en octubre de 1952. Bueno, ya casi estamos llegando.


Psicogeografía, “The naked city” (Lecointre Drouet)

En el verano de 1953 aparece el término “psicogeografía” en el ámbito de la Internacional Letrista como relación que se establece entre el ambiente, las emociones y el comportamiento de los individuos. El grupo publica, además, un boletín informativo llamado Potlach del que salieron los números del 1 al 29 (pueden encontrarse en francés aquí los seis primeros). El instrumento de la psicogeografía era “la deriva” mediante la cual los habitantes de las ciudades serían felices vagando como nubes por las calles en medio de un urbanismo unitario. Según Guy Debort en Les Lèvres nues (1956): “El concepto de deriva está ligado indisolublemente al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica, y a la afirmación de un comportamiento lúdico-constructivo, lo que se opone en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo”. Ya tenemos (más o menos) dos de las tres patas que van a dar lugar a la Internacional Situacionista.

Línea 3, la LPA

La tercera era la London Psychogeographical Association. No está muy clara, ni la génesis del grupo, ni tan siquiera que no hubiera sido sencillamente un montaje. Aparece mencionada en el año 1957 por Ralph Rumney como una de las entidades organizadoras de la “Primera muestra de psicogeografía” celebrada en Bruselas, para luego desaparecer de forma eventual en el verano (luego reaparece de otra forma) de ese mismo año al fusionarse con la Internacional Letrista y el Movimiento Internacional para un Bauhaus Imaginista, dando lugar a la Internacional Situacionista.


Génesis de la Internacional Situacionista
  Señalar en la imagen para ampliarla

Espero que aquellos que hayan tenido la paciencia de llegar hasta aquí comprendan las dificultades del tema y el hecho de que no pueda en un artículo de un blog ni plantear el significado y orígenes, las relaciones y los nexos que producen entre Guy Debord, Constant, los surrealistas, los situacionistas, etc., de forma medianamente detallada. Tan sólo puedo trazar las grandes líneas. Después de terminar la Segunda Guerra Mundial se produjo una efervescencia de movimientos, agrupaciones, recomposiciones, manifiestos, propuestas radicales, deseos de experimentar, contestación, que son el sustrato de lo que vino luego y de los planteamientos de mitad de los años setenta en adelante y que todavía en parte permanecen vigentes. Ahora mismo estamos ante otro momento parecido pero que se manifiesta de forma diferente. El comprender lo que sucedió en estos años con turbulencias de fondo muy importantes nos puede ayudar a no volver a situaciones del pasado. Lo digo porque estoy viendo en los jóvenes más inquietos intentos de repetir lo irrepetible porque las condiciones históricas de ahora no son las de entonces y lo último de una vanguardia es que se coloque en la retaguardia (eso sí, creyendo que está muy por delante).

La Internacional Situacionista

La Internacional Situacionista se funda el 28 de julio de 1957 en Cosio d’Arroscia (Italia) mediante la fusión básicamente de la Bauhaus Imaginista y la Internacional Letrista (con el extraño añadido de la London Psychogeographical Association). La sede se establece en París ya que casi todos eran franceses aunque pronto se abren secciones en Italia, Bélgica, Alemania e Inglaterra. En 1958 se publica por primera vez Internationale Situationniste la revista del grupo de la que se llegaron a publicar hasta 12 números. Quien esté interesado puede encontrar algunos en el libro La realización del arte: textos de Internationale Situationniste, publicado por Literatura Gris en 1999. También, traducidos, algunos artículos de varios números en el Archivo Situacionista. El grupo (que era muy pequeño) basaba sus postulados en la crítica al capitalismo de la postguerra de una forma abierta y exenta de corporativismos. Casi desde el principio aparecieron dos enfoques. El primero más político y social de la sección francesa y el segundo más artístico de los alemanes. La posibilidad de producir un arte verdaderamente político se basaba en lo que llamaban “situaciones” y, sobre todo, en la creación de las mismas.


Agosto de 1957, Imperia, Cosio d'Arroscia (Ciudades Ocasionales)
Pinot, Simondo, Verrone, Bernstein, Debord, Jorn y Olmo

Guy Debord impuso un liderazgo férreo (lo mismo que Breton con los surrealistas) y cuando la sección alemana agrupada en torno a la revista Spur con Nash a la cabeza se desmandó ligeramente la expulsó sin contemplaciones. De forma que en 1962 este grupo de constituyó como la 2ª Internacional Situacionista dividiéndose sus efectivos en dos partes casi iguales. Para la IS la confrontación del arte con vida es la base de lo que podría ser un cambio revolucionario. Desde este punto de vista el reciclaje, el collage, la reconversión de productos culturales, la prevalencia de la palabra sobre la imagen, son propuestas situacionistas. En realidad, lo que se trataba era de superar el concepto parcelado del arte (en general el concepto parcelado de la vida) sustituyéndolo por un concepto unitario.


Vestíbulo de la Escuela de Arquitectura de Madrid (Soloarquitectura)

Para ello se trataba de efectuar una labor de zapa respecto al arte oficial. Mediante perfomances, happenings (¿en qué han quedado aquellos happenings que realizábamos en el vestíbulo de la Escuela de Arquitectura de Madrid cuando yo era estudiante con la participación de profesores incluida, aquellos conciertos de música concreta?), plagio de cuadros, carteles publicitarios reconvertidos, lenguaje de cómics… se trataba de bajar el arte establecido del pedestal en el que se encontraba. Pero el sistema capitalista es una auténtica máquina de triturar que hace suyo hasta lo aparentemente más alejado. De forma que ha sido capaz de asimilar todo lo subversivo de estas propuestas y relegarlas a aquellos sitios contra los que luchaban: los museos, las subastas, el arte como mercancía. El hecho de que sus planteamientos y trabajos se estudien hoy en las aulas, que se lean tesis doctorales sobre el tema, que se traten en libros que cuestan más de cien euros, o aparezcan en los museos, es indicativo de su fracaso.


Constant en su estudio, 1961 (Plataforma Arquitectura)

La Internacional Situacionista desde sus comienzos luchaba en dos frentes. El primero, en el ámbito artístico, contra el surrealismo (a pesar de todo lo que le debían), y en el ámbito social contra el capitalismo. No contra aspectos parciales del capitalismo, no, contra su totalidad. Entendían que la sociedad que les había tocado vivir era una sociedad caduca, una pseudosociedad de mentira, una sociedad del espectáculo. Este es precisamente el título de la obra de Guy Debord y la causa de que haya escrito este artículo. Como ya os podéis imaginar por lo que he contado más arriba, este libro (?) me impactó de forma notable. Lo que no quiere decir que no reconozca que existen páginas enteras literalmente incomprensibles (por lo menos para mí). El hecho de haberlo leído en papeles ciclostilados como si fuera un panfleto de ultraizquierda, con hojas sin paginar (menos mal que estaba escrito a base de párrafos numerados), una traducción pésima y cedido por algún amigo (Luis, nunca te he dado las gracias) como si fuera un documento esotérico de iniciados, le daba una cierta aureola romántica. Pero releído a día de hoy en la edición que encontré en Internet pienso que en su mayor parte todavía tiene bastante interés.

La Sociedad del Espectáculo

Por supuesto que me gustaría señalar aquellas partes que tienen una relación más directa con nuestro tema, de forma que me voy a centrar en el capitulo 7 que Debord llama “El acondicionamiento del territorio”. Y lo voy a hacer simplemente reproduciendo párrafos que, pienso, no necesitan mayor comentario. Quizás tan sólo recordar la fecha de su publicación, 1967. Sin embargo, previamente algo sobre la sociedad del espectáculo:


Bernstein, Jorn, Caillard, Debord (Live Journal)

La sociedad del espectáculo. 1: “Toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación.”; 4: “El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes.”; 6: “El espectáculo, comprendido en su totalidad, es a la vez el resultado y el proyecto del modo de producción existente. No es un suplemento al mundo real, su decoración añadida. Es el corazón del irrealismo de la sociedad real. Bajo todas sus formas particulares, información o propaganda, publicidad o consumo directo de diversiones, el espectáculo constituye el modelo presente de la vida socialmente dominante. Es la afirmación omnipresente de la elección ya hecha en la producción y su consumo corolario. Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente. El espectáculo es también la presencia permanente de esta justificación, como ocupación de la parte principal del tiempo vivido fuera de la producción moderna.”; 9: “En el mundo realmente invertido lo verdadero es un momento de lo falso.”; 34: “El espectáculo es el capital en un grado tal de acumulación que se transforma en imagen.”


Guy Debord, Michele Bernstein y Asger Jorn en París (Not Bored!)

Espacio y territorio. 165: “La producción capitalista ha unificado el espacio, que ya no está limitado por sociedades exteriores. Esta unificación es al mismo tiempo un proceso extensivo e intensivo de banalización. La acumulación de mercancías producidas en serie para el espacio abstracto del mercado, al mismo tiempo que debía romper todas las barreras regionales y legales y todas las restricciones corporativas de la edad media que mantenían la calidad de la producción artesanal, debía también disolver la autonomía y calidad de los lugares. Esta fuerza de homogeneización es la artillería pesada que ha derribado todas las murallas chinas.”; 168: “Subproducto de la circulación de mercancías, la circulación humana considerada como un consumo, el turismo, se reduce fundamentalmente al ocio de ir a ver aquello que ha llegado a ser banal. La organización económica de la frecuentación de lugares diferentes es ya por sí misma la garantía de su equivalencia. La misma modernización que ha retirado del viaje el tiempo le ha retirado también la realidad del espacio.”


Constant, New Babylon, 1960 (Arqueología del Futuro)

El urbanismo. 169: “…El urbanismo es esta toma de posesión del medio ambiente natural y humano por el capitalismo que, desarrollándose lógicamente como dominación absoluta, puede y debe ahora rehacer la totalidad del espacio como su propio decorado.”; 171: “Si todas las fuerzas técnicas de la economía capitalista deben ser comprendidas como operantes de separaciones, en el caso del urbanismo se trata del equipamiento de su base general, del tratamiento del suelo que conviene a su despliegue; de la técnica misma de la separación.”


Constant, interior de New Babylon, 1960 (Plataforma Arquitectura)

La arquitectura y el urbanismo. 173: “Por primera vez una nueva arquitectura, que en cada época anterior estaba reservada a la satisfacción de las clases dominantes, se encuentra directamente destinada a los pobres. La miseria formal y la extensión gigantesca de esta nueva experiencia de hábitat proceden conjuntamente de su carácter de masa, que está implicado a la vez por su destinación y por las condiciones modernas de construcción. La decisión autoritaria, que ordena abstractamente el territorio en territorio de la abstracción, está evidentemente en el centro de estas condiciones modernas de construcción. La misma arquitectura aparece en todas partes donde comienza la industrialización de los países atrasados en este aspecto como terreno adecuado al nuevo género de existencia social que se trata de implantar allí. Tan claramente como en las cuestiones del armamento termo-nuclear o de la natalidad - donde se ha alcanzado la posibilidad de manipular la herencia - el umbral traspasado en el crecimiento del poder material de la sociedad y el retraso en la dominación consciente de este poder se despliegan en el urbanismo.”


Paris, Mayo de 1968 (La palabra como arma)

La autodestrucción del medio urbano. 174: “El momento actual es ya el de la autodestrucción del medio urbano. La explosión de las ciudades sobre los campos cubiertos por "masas informes de residuos urbanos" (Lewis Mumford) es presidida de forma inmediata por los imperativos del consumo. La dictadura del automóvil, producto-piloto de la primera fase de la abundancia mercantil, se ha inscrito en el terreno con la dominación de la autopista, que disloca los antiguos centros e impone una dispersión cada vez más pujante. Al mismo tiempo los momentos de reorganización inconclusa del tejido urbano se polarizan pasajeramente alrededor de "las fábricas de distribución" que son los gigantescos hipermercados edificados sobre un terreno desnudo, con un parking por pedestal; y estos templos del consumo precipitado están ellos mismos en fuga en el movimiento centrífugo que los rechaza a medida que se convierten a su vez en centros secundarios sobrecargados, porque han acarreado una recomposición parcial de la aglomeración. Pero la organización técnica del consumo no es más que el primer plano de la disolución general que ha llevado a la ciudad a autoconsumirse de esta manera.”


Imagen de Waxin and Milkin

Me he dejado muchas cosas en el tintero (debería más bien decir en el teclado) pero es que de este tema podría estar escribiendo páginas y páginas, incluso un libro. Lo que más me apena es no haber comentado algo sobre el “Formulario para un nuevo urbanismo” de Gilles Ivain (Ivan Chtcheglov) asumido por la Internacional Letrista en 1953 y publicado más tarde en el primer número de la Internationale Situationniste. No me resisto a reproducir su comienzo: “Nos aburrimos en la ciudad, ya no hay ningún templo del sol. Entre las piernas de las mujeres que pasan los dadaístas hubieran querido encontrar una llave inglesa y los surrealistas una copa de cristal. Esto se ha perdido. Sabemos leer en los rostros todas las promesas, último estado de la morfología. La poesía de los carteles ha durado veinte años. Nos aburrimos en la ciudad, tenemos que pringarnos para descubrir misterios todavía en los carteles de la calle, último estado del humor y de la poesía.” Tampoco he podido hablaros de la batallita de mayo del 68 y la repercusión que tuvo en sus acontecimientos la Internacional Situacionista. Pero, y sobre todo, la utilización que esta última hizo de dichos acontecimientos.


Paris, Mayo de 1968 (Periodismo para la gente)

En fin, lo más grave es que tampoco he podido contaros casi nada sobre las preocupaciones situacionistas sobre la ciudad. Y, en concreto, su posición radicalmente crítica frente al urbanismo. Y la contraparte, las propuestas acerca del “urbanismo unitario” plasmadas por Guy Debort en un París fragmentado y a la deriva, o de Constand sobre la ciudad móvil del futuro como “Spatiovore”, “Ambiance de jeu” o “New Babylon” (aunque mis alumnos de paisaje conocen algunas imágenes al respecto). Tampoco casi nada sobre los recorridos psicogeográficos, trayectos marcados sobre la ciudad que se constituyen en auténticas perfomances con el objeto de crear situaciones proclives al entendimiento real de la misma. Viejos recuerdos. A lo mejor (¿o a lo peor?) no tan viejos. En cualquier caso dignos de ser considerados y conocidos. Sobre todo por aquellos que ahora están intentando cambiar las cosas, situarse en una posición crítica frente a lo establecido, e intentan transmitir el mensaje de que “los tiempos están cambiando” y que las ciudades que estamos construyendo no responden a los nuevos requisitos. La necesidad de una nueva ciudad anunciada por los más visionarios como Guy Debort (también por otros como Geddes o Jacobs) se hace cada vez más perentoria. Hoy sólo he tratado de exponer algunas de las cosas por la que ha pasado mi generación en un, probablemente vano, intento de que los que no las han pasado comprendan algunas de sus raíces. No lo he hecho con espíritu crítico (los interesados pueden encontrar miles de críticas a la IS, algunas feroces, otras más benevolentes, publicadas en muchos sitios) ni tan siquiera analítico, sino simplemente porque las ideas de esos años entiendo que deben ser conocidas. Las propuestas más radicales, incluso referidas a otra sociedad que no es ya la nuestra, también deben tener su lugar en esta obligada reconstrucción de la ciudad que estamos intentando, porque frecuentemente son las más puras y desinteresadas, aunque no necesariamente las más prácticas y posibles.


Debord haciendo algo que le gustaba bastante: beber (Contraindicaciones)
Oudejans, Constant, Debord y Armando. Munich, 1959

Guy Debord, aquejado por una poliomelitis alcoholica incurable, se suicida el 30 de noviembre de 1994. Para terminar me gustaría reproducir unas frases suyas que parecen la metáfora de la sostenibilidad (aplicadas a la bebida, claro, que según su propia confesión era de lo que más sabía): “Ni yo ni la gente que ha bebido conmigo nos hemos sentido avergonzados en ningún momento por nuestros excesos. Al "banquete de la vida" -por lo menos hay buenos convidados- nos habíamos sentado sin pensar un solo instante que todo lo que bebíamos con tanta prodigalidad no les iba a ser ulteriormente repuesto a aquellos que vendrían detrás de nosotros. En lo que alcanza la memoria del borracho, nunca se había imaginado que era posible ver desaparecer del mundo algunas bebidas antes de que lo hiciera el bebedor.” (Panegírico, tomo I, apart. III, Acuarela libros, Madrid, 1999).

Pequeño vocabulario
(extraído de La realización del arte, Madrid, Literatura Gris, 1999):
  • Deriva: Modo de comportamiento experimental ligado a las condiciones de la sociedad urbana; técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos. Se usa también más específicamente para designar la duración de un ejercicio continuo de esta experiencia.
  • Psicogeografía: Estudio de los efectos precisos del medio geográfico, ordenado conscientemente o no, al actuar directamente sobre el comportamiento afectivo de los individuos.
  • Psicogeográfico: Relativo a la psicogeografía. Lo que manifiesta la acción directa del medio sobre la afectividad.
  • Psicogeógrafo: Que investiga y transmite las realidades psicogeográficas.
  • Situación construida: Momento de la vida construido concreta y deliberadamente para la organización colectiva de un ambiente unitario y de un juego de acontecimientos.
  • Situacionista: Todo lo relacionado con la teoría o la actividad práctica de la construcción de situaciones. El que se dedica a construir situaciones. Miembro de la Internacional situacionista.
  • Situacionismo: Vocablo carente de sentido, forjado abusivamente por derivación de la raíz anterior. No hay situacionismo, lo que significaría una doctrina de interpretación de los hechos existentes. La noción de situacionismo ha sido concebida evidentemente por los antisituacionistas.
  • Urbanismo unitario: Teoría del empleo del conjunto de las artes y técnicas que concurren en la construcción integral de un medio en combinación dinámica con experiencias de comportamiento.




Etiquetas: Urbanismo
10 comentarios:

hans brinker dijo...
Magnifico, como siempre. Que mas se puede añadir a estos artículos... siempre por miedo, vergüenza o no saber que decir se queda uno callado, pero no está de mas supongo recordar que estos artículos son la mejor manera que tengo de aprovechar mis clases de otras asignaturas. Se aprende mucho mas, es mas interesante y ademas se queda uno con una sensación que le llena mucho mas por dentro.
Gracias por este y otros, por el blog y por compartir con el mundo su sabiduria.

un saludo desde Donosti!

Antonio Folgado dijo...
Pepe: ¡qué articulo más cojonudo!¡qué recuerdos! Pero entonces no había perspectiva de nada, todo era un inmenso follón y nosotros éramos unos pipiolos. Creo recordar haber leído algún número de "Socialisme ou barbarie" pero sin saber "quien era su padre", de donde venía, nada de nada. Además, si te he de ser sincero, a mí el mundo del arte en aquellos momentos me importaba un bledo y no creía que tuviera que ver con la política. Tus alumnos no sabrán lo que es la Internacional Situacionista pero si te digo la verdad hasta que no he leído tu artículo no había relacionado muchas cosas que tenía en compartimentos estancos ¡si lo hubiera sabido de aquella! Me voy a poner a leer la Sociedad del Espectáculo, pero en francés, así me desoxido un poco que parece como si este idioma estuviera proscrito. A quien si leí en su momento fue a Lefebvre, claro. Hace unos meses estuve releyendo cosas suyas, se me cayó el alma a los pies. Me pareció haber retrocedido a la prehistoria. Lo siento porque parece que le tienes aprecio pero parecía que estaba hablando de otra galaxia. Unha aperta.

Jorge Sutil dijo...
Fariña, te he oido decir alguna vez que te gustaría ser joven para vivir lo que va a pasar durante los próximos treinta años porque va a ser la época más interesante después de la Revolución Industrial. Pero, por lo que cuentas, a mí me hubiera gustado haber sido lo que llamas un excombatiente del 68. En aquellos momentos pasaban cosas. Tú me dirás que cosas interesantes están pasando ahora. Todo es un peñazo y lo único que les interesa a mis amigos es cómo vivir cómodos sin hacer nada. O los otros que se van a África a redimir a los negritos en avión y en clase bussines. También puedes hacerte de una secta. O católico. O musulmán. O judío. Yo me refugio en mis fractales que es lo mismo, no veas lo que sé ya de fractales. De todas formas lo que más me ha gustado del articulo es la frase de Guy Dabord que recoges el final: en lo que alcanza la memoria del borracho, nunca se había imaginado que era posible ver desaparecer del mundo algunas bebidas antes de que lo hiciera el bebedor. Realmente es buena. Me voy a tomar una birra a su salud. Jorge Sutil.

Eduardo dijo...
Jorge, estoy de acuerdo, yo también ¡salud, por Guy Debord!

Anónimo dijo...
Fariña: te agradezco el articulo. Algunos pensamos que las propuestas de la IS son todavía válidas en el siglo XXI. Pero me impacta sobre todo la ecuanimidad con la que está redactado. Bien bien así tenían que hacer otros. José Enrique del Río Molina.

Edgar dijo...
Cordial saludo, 
Actualmente conformamos tres subgrupos de investigación liderados por el Arquitecto EDGAR ARBELÁEZ GONZÁLEZ docente e investigador, coordinador del Grupo de Investigación GESTIÓN INTEGRAL DEL TERRITORIO REGIONAL de la Universidad LA GRAN COLOMBIA Seccional Armenia que cuenta con identificación ante Colciencias y cuyos temas específicos tienen que ver con las siguientes líneas y por consiguiente con todas las sublineas que de estos temas o títulos puedan desprenderse:

ESTUDIOS EN URBANISMO Y ORDENAMIENTO TERRITORIAL
DINÁMICA TERRITORIAL DE LOS ESPACIOS RURALES
ESPACIOS Y TERRITORIO: ANÁLISIS Y ORDENACIÓN
ESTUDIO Y GESTIÓN DEL MEDIO NATURAL
HÁBITAT, TERRITORIO Y PAISAJE
GEOGRAFÍA HISTÓRICA DEL PAISAJE
PATRIMONIO Y DESARROLLO URBANO TERRITORIAL 

Estamos muy interesados en hacer parte de redes de investigación que tenga en común las líneas ya citadas, nuestra intención no es solo la de adquirir información y conocimiento es primordial para nosotros el compartir el nuestro, los resultados de nuestros proyectos y documentos son también de quien los necesite. 

Esperen de nosotros la disposición, trabajo, el mismo compromiso y participación. 

Por su atención y colaboración, gracias.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN GITR
GESTIÓN INTEGRAL DEL TERRITORIO REGIONAL
UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA ARMENIA, QUINDIO. 
Edargo357@gmail.com

S. DE MOLINA dijo...
Don José Fariña: Enhorabuena. Didáctico y ameno como siempre. Para otro día los posos que aun quedan hoy de la IS. No son pocos y las consecuencias en la arquitectura actual son palpables aunque no reconocidas.
Felicidades y saludos!

Anónimo dijo...
La verdad que no estoy muy "puesta" en materia de urbanismo, pero me encanta seguir este blog, porque cuando acabo de leer cada uno de los post me queda... cómo lo diría... un "poso", una intuición de su contenido. Este blog me provoca sensaciones como la de ahora mismo, cuando pienso: "Cuando salgo algunas tardes a pasear por esta ciudad de provincias donde vivo (y que, afortunadamente tiene cierto conjunto histórico impresionante), lo que en realidad busco no es moverme un poco (por mi actividad sedentaria), ni ver tiendas, ni comprar, ni visitar esa exposición que ha sido mi excusa para salir, ni encontrarme a alguien conocido por la calle; creo que en realidad ando buscando algo que es todo eso a la vez Y ALGO MÁS. Podría ser alguna pequeña experiencia vital en cada esquina, y cada vez es más difícil... Me pregunto ¿el futuro y el desarrollo de una ciudad se encamina a eso? ¿Al aburrimiento? ¿A la "limpieza y la perfección"? ¿No hay espacio para que a la gente aún "le sucedan cosas" por la calle, en un espacio público? ¿No queda ni una pizquita aventura por ninguna parte...?

Gracias. Yo no pertenezco a tu generación sino a la de tus alumnos y me ha encantado tu explicación. Sobretodo porque muchos elementos del situacionismo están muy en boga, especialmente en el mundo digital y artístico contemporáneo. Supongo que los de hoy seguimos buscando lo mismo... Mi pregunta, en caso de estar en tu clase, sería: ¿Qué queda de este movimiento en el urbaanismo y la arquitectura contemporáneos?

Saludos y gracias

Anónimo dijo...
Gracias.
Es un placer leerte.




Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos.
Jorge Luis Borges





La mujer araña: Louise Bourgeoois

  La gigantesca araña Maman (1999) es una pieza de bronce-acero inoxidable-y-mármol fue tallada por la artista franco-estadounidense Louise ...