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Friday, January 21, 2022

La carta de Fidel Castro al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, ¿ya se anunciaba en ese texto el dictador que llegaría a ser después?

 

La carta de Fidel al presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, ¿ya se anunciaba en ese documento el dictador que llegaría ser después?

Olga L. Miranda


“Cuando acuñé la frase «el ser que puede ser comprendido es lenguaje», 

ésta dejaba sobreentender que lo que es, 

nunca se puede comprender del todo.” 

H.G. Gadamer


El 5 de noviembre de 1940, Fidel Castro escribió una curiosa misiva al presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt (FDR), contaba entonces con 14 años de edad. El que fuera luego máximo líder de la nación cubana estudiaba entonces en la prestigiosa escuela religiosa jesuita Colegio de Dolores, en Santiago de Cuba. Esta institución, por cierto,  exhibía un sistema educativo riguroso y de alto nivel según se afirma en la página de EcuRed (Enciclopedia Cubana en la Red, por sus siglas, sitio web informativo oficial del gobierno de Cuba). Aquí podemos leer: “Colegio católico ubicado en la ciudad de Santiago de Cuba. Tenía como rasgo distintivo, la disciplina formativa integral. En el mismo estudió el comandante Fidel Castro Ruz en el período comprendido de (1937-1942).". (En la foto Fidel Castro en el Colegio de Dolores con pantalón blanco, el pie derecho un poco levantado y la mano derecha apoyada sobre el muslo).




En esa prestigiosa institución, a donde asistían los hijos de la burguesía mediana y alta de la época también estudiaron otras importantes personalidades de la política y la cultura como: Eduardo Chibás, Anton Arufat, Jose Antonio Portuondo, Raúl Pomares, Fernando Vecino Alegret, y otros.


Ha sido para mí un gran descubrimiento personal leer esta carta, aunque es un documento conocido por historiadores desde muchos años. La escritora cubana Zoe Valdez lo menciona al inicio de su novela-ensayo “La Ficción de Fidel” (2008) y hace algunos comentarios. Sin embargo, confieso que fue una gran sorpresa para mí porque estamos tan acostumbrados a la imagen de Fidel como una gran anti-imperialista, martiano y patriota por excelencia que nunca me pude imaginar que a la edad de 14 años sus ideas fueran tan diferentes y estuvieran tan alejadas de la persona en la que se convirtió más tarde. Todos los cubanos sabemos, por poner un ejemplo,  que en las primeras décadas después de su toma del poder, y de convertirse en el dictador que fue, estaba prohibido enviar o recibir cartas de personas residentes en EE.UU, e incluso hablar por teléfono. Todo esto era considerado una traición a la patria, una complicidad con los "gusanos apátridas" y con la CIA. 


La carta denota pobreza intelectual y espiritual, deseo de grandeza y de poder. Sus intereses eran: dinero, afán de relacionarse con el hombre mas poderoso del mundo en aquel momento y ofrecerle las riquezas nacionales de su país que era un país pobre. Ya desde entonces 'Fidelito" Castro hablaba como si fuera el dueño de la Isla, lamentablemente lo hizo realidad.

Ahora bien, analizando fechas y contextos con detenimiento hay varios hechos notables. Primero, Fidel Castro escribió esa misiva justo al siguiente día que FDR ganó las elecciones el 5 de noviembre de 1940. Lo cual indica que aquel chico entrando en la adolescencia estaba bien informado de lo que acontecía en la nación norteña y sentía admiración por este político en particular. FDR entraba ese mismo día en su tercer período presidencial, por lo cual había recibido muchas críticas de opositores y de la población en general. Lo cual hace pensar que obviamente a esa altura era bien conocido en el ámbito político mundial desde 1933, además de que fue muy popular por implementar el llamado New Deal, logrando sacar a EE.UU de la “gran depresión”. Por otro lado, ya Alemania había invadido parte de Europa y comenzaba la Segunda Guerra mundial. Es decir, era un momento histórico bien complicado y singular, pero al chico no parecía interesarle nada de eso

En relación con el escenario histórico nacional es relevante que ese mismo año se había aprobado en Cuba la Constitución del 40, considerada como una de las más progresistas del continente en aquel momento, y Fulgencio Batista, quien fuera el enemigo número uno de Fidel años más tarde y también era bien conocido por su rol en la política desde 1933, había ganado las elecciones un mes antes ( fue presidente entre 1940-1944).

Sin embargo, aquel jovencito, deseaba comunicarse nada más y nada menos que con el presidente norteamericano, pero sólo parecía estar preocupado por asuntos muy personales y menores: pedirle un billete de 10 dólares e invitarlo a que se llevara el hierro de las minas de Mayarí. Entonces, llama la atención su obsesión por mostrarse admirador y solidario de los valores norteamericanos, los cuales él llamó más tarde “imperialistas”. Es verdad que no es justo exigir una auto-conciencia o conciencia política madura a un chico de 14 años, pero de todo formas es significativo cuando se compara con todo lo que él, como presidente,  exigió a los niños cubanos desde muy pequeños. Recuerdo que nos obligaban a hacernos pioneros y a jurar fidelidad al comunismo, a tener sentimientos antiimperialistas y solidarios pro-soviéticos desde los 5-6 años de edad.

Lo segundo que resulta interesante es analizar algunos rasgos de la personalidad de aquel niño que sobresalen en el texto. El uso del “yo” , por ejemplo, denota un sentido de individualidad alto, y a la vez se vislumbra cierto sentimiento de baja autoestima. Por ejemplo,  en casi todos los párrafos insiste en todo lo que no es, digamos en los aspectos  incompletos o defectuosos de su persona. Por ejemplo, escribe más de una vez “yo no sé bien inglés”, “yo no soy americano” , “yo pienso mucho, pero no pienso que hablo con el presidente de Estados Unidos” . Es muy curioso que incluso haya mentido sobre su edad, porque él tenía en realidad 14 años, pero dice que tiene 12. También pienso que mintió al decir que nunca vio un billete de 10 dólares porque en esa época el dólar circulaba en Cuba, e incluso su padre amasó mucho dinero trabajando para compañías americanas en el norte de Oriente. Todo esto indica cierta insatisfacción consigo mismo, ambiciones de grandeza y un gran ansia por ser alguien diferente a lo que era, alguien grande. No se trasluce ningún patriotismo, tampoco preocupaciones por su familia, ni por su país. 

Es muy significativo que llame a FDR “mi buen amigo”, lo cual indica que en su incipiente conciencia política un presidente americano eran como un amigo asegurado. También este lenguaje indica que tal vez había una especie de vacío en su vida en el plano afectivo-emocional, pues está buscando amistad en alguien que ni siquiera ha visto nunca. Esta necesidad de amistad llega al punto de proponer entregarle el hierro de las minas de Oriente. Lo cual es sorprendente y reprochable a pesar de su corta edad si tenemos en cuenta toda la tradición independentista y la oposición de los políticos revolucionarios y nacionalistas cubanos a la Enmienda Platt por considerarla entreguista y una traición a los ideales martianos e independentistas de los patriotas cubanos desde 1902 cuando esta se aprobó. Él ignora olímpicamente toda la historia de Cuba en este sentido. De cierta manera esto es otra manifestación de su baja autoestima pues es obvio que busca atraer la atención del presidente americano ofreciéndole algo material, y no por su propia personalidad o por sus opiniones o sentimientos como joven cubano.


Hay otro detalle interesante. Este se refiere al uso constante y excesivo de la conjunción "but" del inglés. Es cierto que, a pesar de algunos errores, su dominio del inglés es bastante bueno para la edad, pero si hacemos un análisis sicológico de este elemento gramatical posemos afirmar que denota un pensamiento contradictorio y un poco oscuro. Indica que la persona quiere decir pero no dice, quiere comunicar algo pero al mismo tiempo afirma lo contrario. Esto denota sobre todo inseguridad, frustración, miedo a decir la verdad y por ello se opta por una forma de manipular al interlocutor que quedaría perdido con este estilo confuso. 


Por último, el hecho de que diga “nunca he visto un billete verde americano” suena un poco vulgar y chabacano, casi un estilo medio mafioso. Enseguida pensé que en Cuba en la jerga popular actual se le llama “los verdes” a los dólares americanos. Me sonó raro que Fidel Castro usara esa manera de referirse al dólar aquel momento, con haber mencionado que era un billete de diez dólares hubiera sido suficiente para hacerse entender. De lo contrario es otra contradicción decir que nunca lo ha visto, pues menciona su color. Ello también implica un poco de arrogancia, pues está tratando de hacer notar que sabe muy bien lo que le está pidiendo, aunque dijo primero que nunca lo ha visto. Es decir, quiere hacerse la víctima, pero a la vez se le sale la autosuficiencia al mostrar que conoce bien el billete. De igual manera también luce descortés y arrogante el hecho de que le diga al presidente que le ponga el billete dentro del sobre y se lo mande, ni siquiera dice por favor o algo sencillo y amable. Además, casi le esta dando órdenes al decirle lo que tiene que hacer para que le llegue la carta con el billete. No es raro entonces que, con ese tono irrespetuoso, nunca haya recibido respuesta de la Casa Blanca. Otro dato curioso es que, en 1975, en una entrevista con un periodista norteamericano, Fidel, se hizo el chistoso- me imagino-, y dijo que sí había recibido respuesta, pero que no le mandaron el billete.

En general, al margen de que Fidel era un chico muy joven y de que su inglés fuera limitado, en realidad la carta es desagradable. Además, tiene un tono presuntuoso y, a la vez, como diría un cubano, “guataca” o adulón. No se siente que hay un mensaje respetuoso ni sincero, es un texto con un fondo manipulador, con mentiras y contradicciones. 

En cierto que la personalidad de un ser humano es algo muy complejo, es algo que evoluciona, que madura; por lo tanto, no se puede reducir a una conducta, a una opinión, a un día, a un error, a un logro, ni a un texto. Sin embargo, hay dos cosas: es cierto que en la actualidad ya se ha demostrado que los rasgos de la futura personalidad aparecen en la niñez. Así lo afirman estudiosos del tema: “Cada vez más los investigadores se convencen que las raíces de los problemas psicológicos de los adultos se encuentran en las tendencias mostradas en nuestro comportamiento durante los primeros años de vida.” (Christian Jarrett*, BBC Future). Por ejemplo, si comparamos a Fidel Castro con José Martí apreciamos una gran diferencia. Martí desde muy niño, junto a su amigo Fermín Valdez Dominguez, participaba en actividades patrióticas y de denuncia al sistema colonial español, y publicaba escritos en el periódico creado por ellos "El Diablo Cojuelo". A los 16 años incluso fue encarcelado por escribir una carta donde criticaban a un condiscípulo que se había alistado en las brigadas de voluntarios al servicio del régimen opresor colonial. Pero la historia adulta de Martí fue consecuente con ese niño. El héroe nacional cubano murió en el campo de batalla luchando por la independencia de Cuba y dedicó su vida a unir a los cubanos y a crear una república libre y democrática.


Por demás, las cartas son siempre documentos muy valiosos porque hay un fuerte deseo de comunicar cosas íntimas y personales que dicen mucho del mundo interno de cualquier individuo y más si es un niño o un joven. Como dijo el filósofo alemán Friederich Nietzsche “ In every real man a child is hidden that wants to play” . Luego, el Fidel Castro de 14 años de la carta, arrogante y manipulador en potencia, más tarde se convirtió en un dictador totalitario que jugó con el pueblo de Cuba hasta que  lo dividió y lo arruinó.


Aqui abajo incluyo una traducción de la carta al español y la fotocopia de la carta original. 

Mi buen amigo Roosevelt:
 
No sé mucho inglés, pero lo suficiente para poder escribirle. Me gusta escuchar mucho la radio y estoy muy contento por haber oído que usted va a ser Presidente por un nuevo periodo.
Yo tengo doce años de edad, soy un chico pero pienso mucho pero no pienso que le esté escribiendo al presidente de los Estados Unidos.
Si le parece bien, envíeme un billete verde americano de diez dólares en la carta porque nunca he visto un billete verde americano de diez dólares y me gustaría tener uno.
 
Mi direccion es:
 
Señor Fidel Castro
Colegio de Dolores
Santiago de Cuba
Oriente, Cuba.
 
Yo no sé mucho inglés pero sé muchísimo español y supongo que usted no sabe mucho español pero sabe mucho inglés porque usted es americano pero yo no soy americano.

 
Muchas gracias.
Adiós. Su amigo,
 
Fidel Castro
 
Y si quiere hierro para hacer sus barcos yo le puedo enseñar las minas de hierro más grandes de la tierra. Están en Mayarí, Oriente, Cuba.

















 


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