El misterio de los zapatos de Van Gogh.
OlgaLMiranda
Martin Heidegger, Meyer Schapiro, y Jacques Derrida escribieron ensayos filosóficos con diferentes interpretaciones sobre la icónica obra de Vincent Van Gogh “A Pair of Shoes” de 1885. Los tres pensadores ofrecen interpretaciones contrapuestas sobre su significado y sobre conceptos básicos del arte. Heidegger, por ejemplo, ve diferentes capas de significados desde su trascendentalismo y desde su concepto del arte como representación fenomenologica de la realidad y objeto de la cultura. En su interpretación él incluso afirma que la dueña de los zapatos pudo ser una campesina. Él escribe: "En la pesadez rígidamente áspera de los zapatos está la tenacidad acumulada de su lento caminar a través de los surcos siempre uniformes y extensos del campo barrido por un viento crudo. Sobre el cuero yacen la humedad y la riqueza del suelo. Bajo las suelas se desliza la soledad del camino del campo al caer la tarde. En los zapatos vibra el llamado silencioso de la tierra, su silencioso regalo del grano que madura y su inexplicable renuncia a sí mismo en la desolación yerma del campo invernal. Este equipo está impregnado de una ansiedad que no se queja por la certeza del pan, la alegría muda de haber resistido una vez más la necesidad, el temblor ante el parto inminente y el escalofrío ante la amenaza de muerte que lo rodea. Este equipo pertenece a la tierra y está protegido en el mundo de la mujer campesina. De esta pertenencia protegida se eleva el propio equipo a su descanso-en-sí."
Shapiro no está de acuerdo con esta idea, y ofrece argumentos diferentes, incluso afirma que los zapatos eran del propio artista y no de una campesina, lo cual resulta irrelevante de alguna manera, pero demuestra como hasta los grandes teóricos son seducidos por el embrujo de una obra de arte que está siempre abierta a interpretaciones y a la imaginación. Derrida, por su parte, desde su perspectiva menos idealizada y enfocada en el contexto especifico de la obra como un objeto en sí mismo hace su labor de deconstrucción. Él rechaza la búsqueda de significados más allá de lo que es observable en el cuadro como tal, para el no hay nada más de lo que se percibe en cada momento. La experiencia de cada cual que visualiza la obra es única, es una intuición singular y subjetiva. Él niega cualquier trascendentalismo que trate de establecer esencialismos, pero a la misma vez hace su propia interpretación y enfatiza la gama de relaciones existentes dentro de la pintura como tal, la manera en que están colocados los distintos elementos. Para Derrida el arte no es una representación de una realidad externa sino que es una realidad en sí misma con sus propios códigos.
Pero, ¿por qué estos humildes zapatos se convierten en objetos de arte? ¿ Por qué esta pintura considerada una obra maestra del post impresionismo ha suscitado hondas reflexiones filosóficas?
Hoy estuve en una galería de arte disfrutando de la exhibición “The Mojave Project” ( Marjorie Barrick Museum of Art in UNLV) y me encontré, entre las obras que se mostraban, unos zapatos. En este caso eran unos tenis muy usados, color terracota, un poco encorvados y algo sucios. Inmediatamente sentí una curiosidad y una emoción rara, pensé ¿quién los habrá usado?, ¿qué caminos habrán recorrido?, ¿que historias habrán presenciado?, ¿cuánta distancia recorrida, cuanta partida triste sin retorno?, su dueño tal vez ha muerto. No entiendo por qué la preocupación, sólo se me ocurrieron ideas pesarosas. Mientras más miraba los zapatos mas extraños y misteriosos se me hacían, menos los entendía. Enseguida, recordé la pintura de Van Gogh y pensé que las famosas botas del danés me producen casi el mismo desasosiego y curiosidad. Luego me vino a la mente el famoso cuento de Hemingway sobre unos zapatos usados en venta en una vidriera, el cual es considerado el cuento más corto que se ha escrito y que sólo tiene una oración: "“Vendo zapatos de bebé, sin usar”. Esta narración corta me produce cierto desconsuelo, me hace pensar en la posible muerte del niño que nunca llegó a usar los zapatos. Es extraño que los zapatos despierten esa inquietud. Recuerdo que Charles Bukowski dice en uno de sus poemas que ver unos tacones altos de mujer tirados en algún rincón excitaba mucho su libido, es decir, que también evocan erotismo. En este sentido también me viene a la memoria la película de Pedro Almodóvar “Tacones lejanos”. En fin, parece que la imagen de un par de zapatos aislados y fuera del contexto humano habitual genera curiosidad y desasosiego, desencadena emociones diversas.
Entonces, se me ocurre una reflexión. Pienso que los zapatos son objetos de potencial valor poético y literario por varias razones. Su función, su manera de existir es el movimiento, representan una gran vitalidad, simbolizan la vida, el desplazamiento, el trafico, la energía humana, el andar hacia algún lugar, el esfuerzo del trabajo. Los zapatos, además, cargan con todo nuestro peso, por ello son objetos que marcan muy obviamente nuestro estilo de vida, llevan huellas de nuestra vida muy visibles, de nuestra riqueza o pobreza, de los caminos recorridos, polvorientos o limpios, de las calles de la ciudad o las veredas de los campos. También pueden ser una señal de nuestro estado mental. Cuando una persona anda sin zapatos en la calle, pensamos que su estado mental no debe ser muy bueno. Pero también quitarse los zapatos puede ser un acto de rebeldía, de liberación, de alegría, de felicidad al conectar con la tierra, con la yerba, con la naturaleza. Es muy común que los niños pequeños cuando se enojan suelen arrancarse los zapatos para mostrar su rechazo a hacer algo o su molestia. También puede ser un acto de humildad. Leyendo sobre la tradición antigua de quitarse los zapatos en las culturas orientales encontré esto: "De hecho, la profesora de antrozoología de la Universidad Canisius College de Estados Unidos, explica que algunas civilizaciones antiguas hacían que los esclavos les lavaran los pies a los invitados antes de entrar en la casa.
Y eso “reforzaba, por una parte, el status alto del invitado y, por la otra, el status bajo del esclavo, quien (en esas culturas) siempre estaba descalzo”.
Tal vez por esto el simbolismo que encierra en el cristianismo el pasaje bíblico donde Jesús lava los pies a los mendigos. Este acto representa una gran humildad y compasión. En la religión budista también es muy importante despojarse de los zapatos antes de entrar al templo para no contaminar la pureza del lugar sagrado con la suciedad de los espacios mundanos.
En definitiva, no sabemos lo que Van Gogh quiso expresar con esa famosa pintura. Creo que, por un lado, lo que más impacta es la quietud, el silencio y la soledad de un objeto que es por naturaleza para la compañía y el movimiento. Por otro lado, quizás en aquellas humildes y gastadas botas el artista intuyó la belleza pura y simple y vio reflejada su propia soledad y angustia. Tal vez sobrevino un instante de espiritualidad superior, de humildad cristiana. En ese minuto único esas botas representaban sus propias emociones, eran lo más valioso que poseía, y por ello sintió la necesidad tal vez de crear, de expresarse a través del arte, y las inmortalizó con esa enigmática pintura. Con ello nos mostró que la capacidad de ver y de sentir la belleza es infinita y es un momento sublime de amor o desamor inexplicable.
Fuentes usadas:
“Philosophers Rumble Over Van Gogh’s Shoes “by Scott Horton on October 5, 2009. Harper’s Magazine. https://harpers.org/.../philosophers-rumble-over-van.../
“De dónde viene la tradición de quitarse los zapatos antes de entrar en casa (y qué dice la ciencia sobre ella)”. Margarita Rodríguez - BBC News Mundo
“A Differant Quest for Truth and Shoes: Derrida on Heidegger and Schapiro on van Gogh by Ursula Franklin. The Centennial Review. Vol. 35, No. 1 (WINTER 1991), pp. 141-165 (25