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Saturday, April 24, 2021

El PCC no tiene derecho a gobernar a la nación cubana: lo que dijo el Che al respecto

LO QUE DIJO EL CHE SOBRE EL GRAVE ERROR QUE SUPONE LA FUNCIÓN DEL PARTIDO COMO DIRIGENTE DEL ESTADO. SIN EMBARGO, LA CONSTITUCIÓN CUBANA AMPARA LA VIOLACIÓN DE UN PRINCIPIO DE ESO QUE ELLOS DICEN DEFENDER: EL SOCIALLISMO

ARTICULO 5. El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista. 

A raíz de lo sucedido en el reciente congreso del PCC me está dando vueltas en la cabeza una idea que no me deja dormir. Me explico. Resulta que, como ya he dicho estuve encargada por un año, cuando trabajaba en el instituto de filosofía en Cuba, de estudiar el pensamiento de Ernesto Guevara. A pesar de todo los ladrillos que tuve que espantarme y del tiempo perdido en la lectura de textos llenos de especulación y teque politico abstracto, creo que hubo una cosa importante que descubrí: la compleja madeja de contradicciones entre los personajes siniestros que liderearon la revolución cubana. Básicamente, tuve acceso a documentos y textos que revelaban serias diferencias entre el Che y Fidel y sus acólitos. La idea que no me deja dormir es que recuerdo perfectamente un escrito del Che donde decía por lo claro que las funciones del Partido y el Estado cubano estaban mal diseñadas. El criticaba lo que llamaba DUALIDAD DE FUNCIONES DEL PARTIDO Y DEL ESTADO. Alertaba del peligro de esto para el logro de una sociedad donde el poder fuera del pueblo. Decía que se estaba produciendo un exceso de centralización y de burocratismo y se estaba ahogando lo que el llamaba la iniciativa popular. Incluso afirmaba que se estaba perdiendo el rumbo de los objetivos iniciales de la revolución. En conclusion, recomendaba abiertamente que debían delimitarse las funciones Y QUE NO DEBÍAN SER LAS MISMAS PERSONAS LAS QUE DIRIGIERAN AMBAS ORGANIZACIONES. Por supuesto, me imagino que, en ese momento, cuando su “socio mayor” leyó eso inmediatamente  comenzó a planificar la manera de desparecer al Che de la faz de la tierra. Aquello  era un ataque directo al sistema de  poder que él encabezaba como comandante (o comediante) en jefe, secretario del partido y primer ministro. En fin, el Che andaba con estas "criticas constructivas” (pueden verlo en la carta que adjunto) en 1965, dos años mas tarde ya había pasado a mejor vida. 

En conclusión, LO QUE ACABAN DE HACER AL NOMBRAR A DIAZ CANEL DE SECRETARIO DEL PARTIDO NO SÓLO VIOLA LAS BASES DE CUALQUIER DEMOCRACIA, NO, ES QUE VIOLA LOS PRINCIPIOS MÁS BÁSICOS DE LO QUE ELLOS DICEN QUE REPRESENTAN: EL SOCIALISMO. Sólo un abuso de poder brutal, una maquinaria represiva atroz y el ejercicio casi genocida de un totalitarismo de corte fascista permite que el gobierno cubano y ese horrible partido continúen en el poder pisoteando los mas elementales derechos humanos en Cuba. ELLOS YA SON ABIERTA Y DESCARADAMENTE UNOS DICTADORES SIN RESPETO NINGUNO POR LOS DERECHOS DEL PUEBLO DE CUBA. Es verdad que este sistema anti democrático existe hace 62 años, pero hacerlo en este momento histórico es una burla total, es darle una galleta en la cara al pueblo. Es decir, no quieren caldo, le damos tres tazas. Además, esto es una violación de la constitución que en su artículo 3 dice que  "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado." Eso que han hecho es concederle al partido un exceso de poder y concederle al presidente un control absoluto. 

Aquí adjunto la primera página de la carta del Che a Fidel donde se refiere ligeramente a estos temas. Aunque aclaro que existe un texto donde él es mas directo que estoy tratando de encontrar para publicarlo aquí y también el texto completo de esta carta. Estuve leyéndome también un libro de Fernando Martinez sobre el pensamiento del Che y en una de us partes se refiere muy someramente a estos temas, pero no puede evitar decir que el Che afirmaba en varios escritos que el exceso de poder de los partidos comunistas había sido la causa de los graves errores y problemas del socialismo en Europa del Este (aquí el enlace al libro por si les interesa)

https://www.jstor.org/stable/j.ctvn96gc8.69?seq=40...

Noten que al final de esta carta el Che insinúa claramente  que el sistema económico  que se ha creado es  un desastre y lo llama “loco"




¡País mío, tan joven, no sabes definir!" La isla en peso de Virgilio


Virgilio Piñera (1912-1979),  el 'autor maldito' que no encajaba en una Cuba homofóbica y menos en la comunista. Esta anécdota es muy gráfica. 
"Juan Goytisolo y Guillermo Cabrera Infante, quienes fueron testigos de la escena, cuentan que una vez el Che Guevara, en la embajada cubana en Argel, lanzó por el aire un libro de Virgilio Piñera, preguntando con gran disgusto qué tenía que hacer en ese lugar una obra de "ese maricón". El embajador cubano se apresuró a contestarle: "Son cosas de mi mujer".

Pero, lo que importa es su alma superior, la inmensidad de su ser intenso y cósmico que nos dejó este poema infinito, alucinante, hermoso hasta el dolor. Gracias Virgilio

https://www.letraslibres.com/mexico/libros/la-isla-en-peso-virgilio-pinera



La isla en peso (1943)

La maldita circunstancia del agua por todas partes
me obliga a sentarme en la mesa del café.
Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer
hubiera podido dormir a pierna suelta.
Mientras los muchachos se despojaban de sus ropas para nadar
doce personas morían en un cuarto por compresión.
Cuando a la madrugada la pordiosera resbala en el agua
en el preciso momento en que se lava uno de sus pezones,
me acostumbro al hedor del puerto,
me acostumbro a la misma mujer que invariablemente masturba,
noche a noche, al soldado de guardia en medio del sueño de los peces.
Una taza de café no puede alejar mi idea fija,
en otro tiempo yo vivía adánicamente.
¿Qué trajo la metamorfosis?
 
La eterna miseria que es el acto de recordar.
Si tú pudieras formar de nuevo aquellas combinaciones,
devolviéndome el país sin el agua,
me la bebería toda para escupir al cielo.
Pero he visto la música detenida en las caderas,
he visto a las negras bailando con vasos de ron en sus cabezas.
Hay que saltar del lecho con la firme convicción
de que tus dientes han crecido,
de que tu corazón te saldrá por la boca.
Aún flota en los arrecifes el uniforme del marinero ahogado.
Hay que saltar del lecho y buscar la vena mayor del mar para desangrarlo.
Me he puesto a pescar esponjas frenéticamente,
esos seres milagrosos que pueden desalojar hasta la última gota de agua
y vivir secamente.
Esta noche he llorado al conocer a una anciana
que ha vivido ciento ocho años rodeada de agua por todas partes.
Hay que morder, hay que gritar, hay que arañar.
He dado las últimas instrucciones.
El perfume de la piña puede detener a un pájaro.
Los once mulatos se disputaban el fruto,
los once mulatos fálicos murieron en la orilla de la playa.
He dado las últimas instrucciones.
Todos nos hemos desnudado.
 
Llegué cuando daban un vaso de aguardiente a la virgen bárbara,
cuando regaban ron por el suelo y los pies parecían lanzas,
justamente cuando un cuerpo en el lecho podría parecer impúdico,
justamente en el momento en que nadie cree en Dios.
Los primeros acordes y la antigüedad de este mundo:
hieráticamente una negra y una blanca y el líquido al saltar.
Para ponerme triste me huelo debajo de los brazos.
Es en este país donde no hay animales salvajes.
Pienso en los caballos de los conquistadores cubriendo a las yeguas,
pienso en el desconocido son del areíto
desaparecido para toda la eternidad,
ciertamente debo esforzarme a fin de poner en claro
el primer contacto carnal en este país, y el primer muerto.
Todos se ponen serios cuando el timbal abre la danza.
Solamente el europeo leía las meditaciones cartesianas.
El baile y la isla rodeada de agua por todas partes:
plumas de flamencos, espinas de pargo, ramos de albahaca, semillas de aguacate.
La nueva solemnidad de esta isla.
¡País mío, tan joven, no sabes definir!
 
¿Quién puede reír sobre esta roca fúnebre de los sacrificios de gallos?
Los dulces ñáñigos bajan sus puñales acompasadamente.
Como una guanábana un corazón puede ser traspasado sin cometer crimen.
sin embargo el bello aire se aleja de los palmares.
Una mano en el tres puede traer todo el siniestro color de los caimitos
más lustrosos que un espejo en el relente,
sin embargo el bello aire se aleja de los palmares,
si hundieras los dedos en su pulpa creerías en la música.
Mi madre fue picada por un alacrán cuando estaba embarazada.
 
¿Quién puede reír sobre esta roca de los sacrifícios de gallos?
¿Quién se tiene a sí mismo cuando las claves chocan?
¿Quién desdena ahogarse en la indefinible llamarada del flamboyán?
La sangre adolescente bebemos en las pulidas jícaras.
Ahora no pasa un tigre sino su descripción.
 
Las blancas dentaduras perforando la noche,
y también los famélicos dientes de los chinos esperando el desayuno
después de la doctrina cristiana.
Todavía puede esta gente salvarse de cielo,
pues al compás de los himnos las doncellas agitan diestramente
los falos de los hombres.
La impetuosa ola invade el extenso salón de las genuflexiones.
Nadie piensa en implorar, en dar gracias, en agradecer, en testimoniar.
La santidad se desinfla en una carcajada.
Sean los caóticos símbolos del amor los primeros objetos que palpe,
afortunadamente desconocemos la voluptuosidad y la caricia francesa,
desconocemos el perfecto gozador y la mujer pulpo,
desconocemos los espejos estratégicos,
no sabemos llevar la sífilis con la reposada elegancia de un cisne,
desconocemos que muy pronto vamos a practicar estas mortales elegancias.
 
Los cuerpos en la misteriosa llovizna tropical,
en la llovizna diurna, en la llovizna nocturna, siempre en la llovizna,
los cuerpos abriendo sus millones de ojos,
los cuerpos, dominados por la luz, se repliegan
ante el asesinato de la piel,
los cuerpos, devorando oleadas de luz, revientan como girasoles de fuego
encima de las aguas estáticas,
los cuerpos, en las aguas, como carbones apagados derivan hacia el mar.
 
Es la confusión, es el terror, es la abundancia,
es la virginidad que comienza a perderse.
Los mangos podridos en el lecho del río ofuscan mi razón,
y escalo el árbol más alto para caer como un fruto.
 
Nada podría detener este cuerpo destinado a los cascos de los caballos,
turbadoramente cogido entre la poesía y el sol.
 
Escolto bravamente el corazón traspasado,
clavo el estilete más agudo en la nuca de los durmientes.
El trópico salta y su chorro invade mi cabeza
pegada duramente contra la costra de la noche.
La piedad original de las auríferas arenas
ahoga sonoramente las yeguas españolas,
la tromba desordena las crines más oblicuas.
 
No puedo mirar con estos ojos dilatados.
Nadie sabe mirar, contemplar, desnudar un cuerpo.
Es la espantosa confusión de una mano en lo verde,
los estranguladores viajando en la franja del iris.
No sabría poblar de miradas el solitario curso del amor.
 
Me detengo en ciertas palabras tradicionales:
el aguacero, la siesta, el cañaveral, el tabaco,
con simple ademán, apenas si onomatopéyicamente,
titánicamente paso por encima de su música,
y digo: el agua, el mediodía, el azúcar, el humo.
 
Yo combino:
el aguacero pega en el lomo de los caballos,
la siesta atada a la cola de un caballo,
el cañaveral devorando a los caballos,
los caballos perdiéndose sigilosamente
en la tenebrosa emanación del tabaco,
el último gesto de los siboneyes mientras el humo pasa por la horquilla
como la carreta de la muerte,
el último ademán de los siboneyes,
y cavo esta tierra para encontrar los ídolos y hacerme una historia.
 
Los pueblos y sus historias en boca de todo el pueblo.
 
De pronto, el galeón cargado de oro se mete en la boca
de uno de los narradores,
y Cadmo, desdentado, se pone a tocar el bongó.
La vieja tristeza de Cadmo y su perdido prestigio:
en una isla tropical los últimos glóbulos rojos de un dragón
tiñen con imperial dignidad el manto de una decadencia.
 
Las historias eternas frente a la historia de una vez del sol,
las eternas historias de estas tierras paridoras de bufones y cotorras,
las eternas historias de los negros que fueron,
y de los blancos que no fueron,
o al revés o como os parezca mejor,
las eternas historias blancas, negras, amarillas, rojas, azules,
—toda la gama cromática reventando encima de mi cabeza en llamas—,
la eterna historia de la cínica sonrisa del europeo
llegado para apretar las tetas de mi madre.
 
El horroroso paseo circular,
el tenebroso juego de los pies sobre la arena circular,
el envenado movimiento del talón que rehuye el abanico del erizo,
los siniestros manglares, como un cinturón canceroso,
dan la vuelta a la isla,
los manglares y la fétida arena
aprietan los riñones de los moradores de la isla.
 
Sólo se eleva un flamenco absolutamente.
 
¡Nadie puede salir, nadie puede salir!
La vida del embudo y encima la nata de la rabia.
Nadie puede salir:
el tiburón más diminuto rehusaría transportar un cuerpo intacto.
Nadie puede salir:
una uva caleta cae en la frente de la criolla
que se abanica lánguidamente en una mecedora,
y “nadie puede salir” termina espantosamente en el choque de las claves.
 
Cada hombre comiendo fragmentos de la isla,
cada hombre devorando los frutos, las piedras y el excremento nutridor.
Cada hombre mordiendo el sitio dejado por su sombra,
cada hombre lanzando dentelladas en el vacío donde el sol se acostumbra,
cada hombre, abriendo su boca como una cisterna, embalsa el agua
del mar, pero como el caballo del barón de Munchausen,
la arroja patéticamente por su cuarto trasero,
cada hombre en el rencoroso trabajo de recortar
los bordes de la isla más bella del mundo,
cada hombre tratando de echar a andar a la bestia cruzada de cocuyos.
 
Pero la bestia es perezosa como un bello macho
y terca como una hembra primitiva.
Verdad es que la bestia atraviesa diariamente los cuatro momentos caóticos,
los cuatro momentos en que se la puede contemplar
—con la cabeza metida entre sus patas—escrutando el horizonte con ojo atroz,
los cuatro momentos en que se abre el cáncer:
madrugada, mediodía, crepúsculo y noche.
 
Las primeras gotas de una lluvia áspera golpean su espalda
hasta que la piel toma la resonancia de dos maracas pulsadas diestramente.
En este momento, como una sábana o como un pabellón de tregua, podría
desplegarse un agradable misterio,
pero la avalancha de verdes lujuriosos ahoga los mojados sones,
y la monotonía invade el envolvente túnel de las hojas.
 
El rastro luminoso de un sueño mal parido,
un carnaval que empieza con el canto del gallo,
la neblina cubriendo con su helado disfraz el escándalo de la sabana,
cada palma derramándose insolentemente en un verde juego de aguas,
perforan, con un triángulo incandescente, el pecho de los primeros aguadores,
y la columna de agua lanza sus vapores a la cara del sol cosida por un gallo.
Es la hora terrible.
Los devoradores de neblina se evaporan
hacia la parte más baja de la ciénaga,
y un caimán los pasa dulcemente a ojo.
Es la hora terrible.
La última salida de la luz de Yara
empuja a los caballos contra el fango.
Es la hora terrible.
Como un bólido la espantosa gallina cae,
y todo el mundo toma su café.
 
¿Pero qué puede el sol en un pueblo tan triste?
Las faenas del día se enroscan al cuello de los hombres
mientras la leche cae desesperadamente.
¿Qué puede el sol en un pueblo tan triste?
 
Con un lujo mortal los macheteros abren grandes claros en el monte,
la tristísima iguana salta barrocamente en un caño de sangre,
los macheteros, introduciendo cargas de claridad, se van ensombreciendo
hasta adquirir el tinte de un subterráneo egipcio.
¿Quién puede esperar clemencia en esta hora?
 
Confusamente un pueblo escapa de su propia piel
adormeciéndose con la claridad,
la fulminante droga que puede iniciar un sueño mortal
en los bellos ojos de hombres y mujeres,
en los inmensos y tenebrosos ojos de estas gentes
por los cuales la piel entra a no sé qué extraños ritos.
 
La piel, en esta hora, se extiende como un arrecife
y muerde su propia limitación,
la piel se pone a gritar como una Ioca, como una puerca cebada,
la piel trata de tapar su claridad con pencas de palma,
con yaguas traídas distraídamente por el viento,
la piel se tapa furiosamente con cotorras y pitahayas,
absurdamente se tapa con sombrías hojas de tabaco
y con restos de leyendas tenebrosas,
y cuando la piel no es sino una bola oscura,
la espantosa gallina pone un huevo blanquísimo.
 
¡Hay que tapar! ¡Hay que tapar!
Pero la claridad avanzada, invade
perversamente, oblicuamente, perpendicularmente,
la claridad es una enorme ventosa que chupa la sombra,
y las manos van lentamente hacia los ojos.
 
Los secretos más inconfesables son dichos:
la claridad mueve las lenguas,
la claridad mueve los brazos,
la claridad se precipita sobre un frutero de guayabas,
la claridad se precipita sobre los negros y los blancos,
la claridad se golpea a sí misma,
va de uno a otro lado convulsivamente,
empieza a estallar, a reventar, a rajarse,
la claridad empieza el alumbramiento más horroroso,
la claridad empieza a parir claridad.
Son las doce del día.
 
Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste.
Al mediodía el monte se puebla de hamacas invisibles,
y, echados, los hombres semejan hojas a la deriva sobre aguas metálicas.
En esta hora nadie sabría pronunciar el nombre más querido,
ni levantar una mano para acariciar un seno;
en esta hora del cáncer un extranjero llegado de playas remotas
preguntaría inútilmente qué proyectos tenemos
o cuántos hombres mueren de enfermedades tropicales en esta isla.
Nadie lo escucharía: las palmas de las manos vueltas hacia arriba,
los oídos obturados por el tapón de la somnolencia,
los poros tapiados con la cera de un fastidio elegante
y la mortal deglución de las glorias pasadas.
 
¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno
cuyo estampido raje, de arriba a abajo, el tímpano de los durmientes?
¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno
el tímpano de los durmientes?
Los hombres-conchas, los hombres-macaos, los hombres-túneles.
¡Pueblo mío, tan joven, no sabes ordenar!
¡Pueblo mío, divinamente retórico, no sabes relatar!
Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro.
 
De pronto el mediodía se pone en marcha,
se pone en marcha dentro de sí mismo,
el mediodía estático se mueve, se balancea,
el mediodía empieza a elevarse flatulentamente,
sus costuras amenazan reventar,
el mediodía sin cultura, sin gravedad, sin tragedia,
el mediodía orinando hacia arriba,
orinando en sentido inverso a la gran orinada
de Gargantúa en las torres de Notre Dame,
y todas esas historias, leídas por un isleño que no sabe
lo que es un cosmos resuelto.
 
Pero el mediodía se resuelve en crepúsculo y el mundo se perfile.
A la luz del crepúsculo una hoja de yagruma ordena su terciopelo,
su color plateado del envés es el primer espejo.
La bestia lo mira con su ojo atroz.
En este trance la pupila se dilata, se extiende como mundo se perfila,
hasta aprehender la hoja.
Entonces la bestia recorre con su ojo las formas sembradas en su lomo
y los hombres tirados contra su pecho.
Es la hora única para mirar la realidad en esta tierra.
 
No una mujer y un hombre frente a frente,
sino el contorno de una mujer y un hombre frente a frente,
entran ingrávidos en el amor,
de tal modo que Newton huye avergonzado.
 
Una guinea chilla para indicar el angelus:
abrus precatorious, anona myristica, anona palustris.
 
Una letanía vegetal sin trasmundo se eleva
frente a los arcos floridos del amor:
Eugenia aromática, eugenia fragrans, eugenia plicatula.
El paraíso y el infierno estallan y sólo queda la tierra:
Ficus religiosa, ficus nitida, ficus suffocans.
 
La tierra produciendo por los siglos de los siglos:
Panicum colonum, panicum sanguinale, panicum maximum.
El recuerdo de una poesía natural, no codificada, me viene a los labios:
Árbol de poeta, árbol del amor, árbol del seso.
 
Una poesía exclusivamente de la boca como la saliva:
Flor de calentura, flor de cera, flor de la Y.
 
Una poesía microscópica:
Lágrimas de Job, lágrimas de Júpiter, lágrimas de amor.
Pero la noche se cierra sobre la poesía y las formas se esfuman.
En esta isla lo primero que la noche hace es despertar el olfato:
Todas las aletas de todas las narices azotan el aire
buscando una flor invisible;
la noche se pone a moler millares de pétalos,
la noche se cruza de paralelos y meridianos de olor,
los cuerpos se encuentran en el olor,
se reconocen en este olor único que nuestra noche sabe provocar;
el olor lleva la batuta de las cosas que pasan por la noche,
el olor entra en el baile, se aprieta contra el güiro,
el olor sale por la boca de los instrumentos musicales,
se posa en el pie de los bailadores,
el corro de los presentes devora cantidades de olor,
abre la puerta y las parejas se suman a la noche.
 
La noche es un mango, es una piña, es un jazmín,
la noche es un árbol frente a otro árbol sin mover sus ramas,
la noche es un insulto perfumado en la mejilla de la bestia;
una noche esterilizada. una noche sin almas en pena,
sin memoria, sin historia, una noche antillana;
una noche interrumpida por el europeo,
el inevitable personaje de paso que deja su cagada ilustre,
a lo sumo, quinientos años, un suspiro en el rodar de la noche antillana,
una excrecencia vencida por el olor de la noche antillana.
 
¡No importa que sea una procesión, una conga,
una comparsa, un desfile.
La noche invade con su olor y todos quieren copular.
El olor sabe arrancar las máscaras de la civilización,
sabe que el hombre y la mujer se encontrarán sin falta en el platanal.
¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes!
 
No hay que ganar el cielo para gozarlo,
dos cuerpos en el platanal valen tanto como la primera pareja,
la odiosa pareja que sirvió para marcar la separación.
¡Musa paradisíaca, ampara a los amantes!
 
No queremos potencias celestiales sino presencias terrestres,
que la tierra nos ampare, que nos ampare el deseo,
felizmente no llevamos el cielo en la masa de la sangre,
sólo sentimos su realidad física
por la comunicación de la lluvia al golpear nuestras cabezas
 
Bajo la lluvia, bajo el olor, bajo todo lo que es una realidad,
un pueblo se hace y se deshace dejando los testimonios:
un velorio, un guateque, una mano, un crimen,
revueltos, confundidos, fundidos en la resaca perpetua,
haciendo leves saludos, enseñando los dientes, golpeando sus riñones,
un pueblo desciende resuelto en enormes postas de abono,
sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes,
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus. espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir,
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales,
siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla,
el peso de una isla en el amor de un pueblo.

Cuba: una Torre de Babel

"Qué singular", murmuró Maximiliano, "tu padre me odia, mientras que tu abuelo, por el contrario, qué extraños sentimientos despierta la política".

- Alexandre Dumas, el conde de Montecristo 



Ver y escuchar el video que acaba de lanzar Buena Fe con la canción titulada "la fuerza de un país" me hace pensar que el panorama socio-politico de Cuba es más complejo de lo que parece, no se trata ya de buenos y malos, de oficialistas y opositores. No nos engañemos, una parte de la población cubana se siente feliz, protegida y disfrutando de un sistema que considera democrático. No creo que nadie obligue a esos músicos a realizar ese “hermoso" y "patriótico” video. Ellos dan voz al oficialismo, pero también tienen un público. La letra de la canción usa los mismos clichés de siempre y la misma retórica oficialista y demagógica de los últimos 62 años, pero expresa un hecho: la sociedad cubana está muy fragmentada. Primero, están los dueños de la isla, los que controlan el poder, dígase el PCC, la seguridad del estado, el gobierno y sus miembros con las fuerzas represivas; segundo, los que apoyan al gobierno por diferentes razones personales u otras (miedo, lavado de cerebro, desesperanza, o se benefician) o deciden la indiferencia pues reciben remesas que le permiten sobrevivir; tercero, los que critican un poco al gobierno pero no quieren ir al fondo de los problemas y se quedan a medio camino ( estos han disfrutado de posiciones de privilegios por años y ahora no pueden enfrentarse totalmente, entonces, viven aferrados al pasado y a una retórica gastada, lo que los lleva a simplificar los problemas, y juzgan y deciden quién es o no es fiel a la patria). Para ellos, por ejemplo, hay que oponerse al “bloqueo”o eres un traidor a la patria (me parece que el tema del embargo es complejo y tiene muchas aristas, no es en blanco y negro esa película porque el gobierno cubano aceptó esa condición sin importar las consecuencias y ha utilizado y manipulado eso como propaganda, estos no quieren ver que quien “asfixia" al pueblo en primer lugar es el gobierno de Cuba con su bloqueo a cualquier cambio positivo que ponga en juego su poder, luego el gobierno castrista tiene responsabilidad en ese tema (bastante mal trataron a Obama quien trató de terminar con esa política). En cuarto lugar están los opositores históricos o disidentes que han tenido que irse, los han asesinado, están en la cárcel, o han aceptado vivir casi en prisión domiciliaria; y por ultimo, los nuevos radicales que no aceptan un sistema que consideran dictatorial, totalitario, y violador de los derechos humanos, piden elecciones libres, derecho a libertades, etc. Estos últimos, a su vez están divididos (San Isidro, 27N) y son en parte criticados por algunos de los otros grupos que los consideran interesados, aliados del gobierno americano, o vulgares y chusmas en el mejor de los casos. Por lo cual no cuentan con todo el apoyo ni la credibilidad moral que necesitarían para liderear un movimiento cívico a nivel nacional. Bueno, también existen otros grupos como los demócrata-cristianos de la iglesia católica, los defensores de algunos derechos civiles del centro Martín Luther King, la comunidad LGBTQ, etc.

Cuba es hoy una gran Torre de Babel, como en la fábula bíblica está dominada por el desorden, la confusion y la desunión. No hay entendimiento, cada uno habla un idioma diferente, todos enfrentados unos a los otros, ¿será que los cubanos estamos condenados a andar dispersos por el mundo odiándonos e incapaces de colaborar y unirnos por un Cuba libre y democrática? ¿será un castigo divino como el sufrido por aquellos babilonios?

http://www.cubadebate.cu/especiales/2021/04/23/buena-fe-estrenan-videoclip-oficial-la-fuerza-de-un-pais/?fbclid=IwAR1JmVC8U-Fh7pmniX6Z8Ks7dxVv-kNK0SbWIUjacXVNdxLK_qXhFOONxcQ




LAS MADEJAS INVISIBLES DEL PODER

  LAS MADEJAS INVISIBLES DEL PODER by Olga L. Miranda LAS MADEJAS INVISIBLES DEL PODER Nosotros, los pobres mortales que trabajamos cada dia...