Rafael del Pino, EEUU | 2/07/2014 11:00 pm
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Con el brutal derribo del vuelo MH17 de Malasyan Airlines sobre el territorio ocupado por las fuerzas separatistas ucranianas, dirigidas, organizadas y armadas por Rusia, se acaba de perpetrar el acto terrorista más terrible del presente año donde han perdido la vida 298 personas inocentes
Este desastre se veía venir desde las últimas semanas con el incremento de la intervención rusa en los intentos de anexarse una buena parte de Ucrania. Los “rebeldes” derribaron primero un avión caza bombardero SU-25. Posteriormente derriban un avión de transporte AN-26, averían otro cazabombardero SU-25, que logra aterrizar gravemente dañado, y por último se produce la tragedia que estamos presenciando.
El avión de pasajeros se encontraba volando en ruta de Ámsterdam a Kuala Lumpur, cruzando a una altura de 33.000 pies, lo que lo situaba en el diapasón de efectividad del sofisticado complejo de misiles Buk, también conocido en la OTAN por SA-11 Gadfly (“Tábano”).
A la altitud en que volaba el avión de pasajeros era imposible que pudiera ser alcanzado por los misiles portátiles conocido como Manpads o por fuego de artillería antiaérea, por lo tanto no cabe la menor duda de que fue un complejo de misiles SA-11, que por su complejidad tenían que ser operados por especialistas rusos que se hayan ofrecido “voluntarios” en su “noble y desinteresada ayuda fraternal internacionalista”.
Allá los ilusos o despistados que se crean estas historias. Nosotros los cubanos que fuimos astilla de aquel palo tenemos bastante experiencia en estos trajines.
No solo a rebeldes improvisados se les hace extremadamente difícil operar estos sistemas. A oficiales profesionales, como los que enviamos a estudiar a la URSS después de la crisis de los misiles nucleares de Octubre de 1961, para que asimilaran los S-75 que nos habían dejado los soviéticos, tardaron tres años para poder operarlos. Y después que ya estaban operándolos no dejaron de cometer errores garrafales como derribar uno de los aviones ejecutivos de Fidel Castro, el Ilushing-14 matricula #1224 a finales de 1965 pereciendo toda la tripulación. Fatal error que se repitió el 27 Abril de 1988 en el aeródromo de Cahama al sur de Angola, cuando un sistema parecido al Buk y operado por cubanos derribó el AN-26 donde viajaban más de 25 altos oficiales cubanos, incluyendo el general de división Francisco Cruz. Igualmente sucedió con un Yak-40 con 29 soviéticos a bordo, derribado por uno de nuestros sistemas S-125 Pechora el 8 de agosto de 1980 próximo al aeródromo de Matala.
O sea, que esta desgracia que acaba de suceder en Ucrania no es nueva para nosotros. Como tampoco fue nuevo el criminal derribo de las indefensas avionetas de Hermanos al Rescate, siguiendo el ejemplo del derribo por la aviación interceptora soviética el 1 de Septiembre de 1983 del avión de pasajeros de la aerolínea Korean Airlines en el vuelo KAL007, con 269 personas a bordo. Es simplemente el modus operandi, sin un ápice de ética, de los militares en regímenes totalitarios como el de Cuba y autoritarios como el de Rusia.
Pero despejemos hasta la última duda de que esta fue una acción deliberada por parte de los “rebeldes” separatistas.
Los periodistas de la Associated Press que cubren el conflicto en el terrero pudieron ver un complejo de misiles Buk como el que acabamos de describir moviéndose en las cercanías del poblado de Snizhne, próximo al lugar del derribo. Pero lo más importante ha sido la intercepción de las radiocomunicaciones de los “rebeldes” separatistas captadas por las unidades de radioescucha de las fuerzas armadas de Ucrania. Esto por supuesto lo hacen todos los países desarrollados o en desarrollo y Ucrania no es la excepción. No sé si los lectores recuerdan como Estados Unidos grabó todas las infamantes radios conversaciones de los pilotos cubanos cuando cometían la masacre de las avionetas de Hermanos al Rescate con sus cazas MiG-29 en febrero de 1996.
Pero escuchemos las grabaciones realizadas por los servicios de seguridad de Ucrania entre los jefes de las fuerzas “rebeldes”.
El líder del grupo con el indicativo “Demon” le comunica a su jefe con el indicativo “Miner”: “Hemos acabado de derribar un avión. Cayó en las afueras de Enakievo. Nuestros hombres fueron a verlo y fotografiarlo. Está ardiendo”.
Después que sus hombres inspeccionaron el lugar donde cayó. “Demon” reporta nuevamente: “Kazakhs” (indicativo de la unidad que disparó el misil) en el check point de Chermunkhino fue el que derribó el avión. Se desintegró en el aire… ya encontraron el primer cuerpo. Es un civil. Y continúa: “Quiero decir, es definitivamente un avión civil”.
Su superior con el indicativo “Greek” le pregunta: ¿Habían muchas personas?
“Demon” le responde: “Una gran cantidad. Los restos están lloviendo en los patios.”
“Greek pregunta: “¿Qué tipo de avión es?”.
“Demon” responde: “No tengo idea todavía. No he llegado a la sección principal. Solo he estado buscando donde los cuerpos comenzaron a caer. Hay restos de asientos y cuerpos”.
“Greek” pregunta: “¿Algún arma ahí?
“Demon” dice: “Ninguna, cosas civiles, cosas médicas, toallas, papel sanitario”.
“Greek” pregunta: “¿Algunos documentos?”.
“Demon” contesta: “Sí, un estudiante indonesio de una universidad”.
Creo que con esto y otras revelaciones que continuamente aparecen en la prensa internacional no existe la menor duda de que la mano rusa ha sido la autora de esta masacre. Con esto se explica ahora con más claridad la mansedumbre y sumisión que el general/presidente de Cuba le acaba de rendir a su antigua metrópoli durante la visita de Putin. En el supuesto caso que nos quedara un átomo de duda, ésta se ha desvanecido por completo gracias a la relampagueante e inusual rapidez con que Fidel Castro salió a la palestra mundial; sin siquiera llegar los expertos investigadores internacionales a la región del siniestro, para afirmar que es culpa del gobierno democráticamente electo de Ucrania. Con ello, sabemos ahora ciertamente que fueron los rusos.
Hace tiempo predije que esta entrega iba a suceder. Pueden remitirse a la página 319 de mi libro en inglés Inside Castro’s Bunker, donde escribí:
¿Podrá Castro mantener el poder a pesar del colapso económico y la crisis política y social que confronta Cuba? Como decimos los cubanos “el diablo sabe más por viejo que por diablo” y los Castros de tontos no tienen un pelo para no darse cuenta que están sentados sobre una caldera de presión. Saben que la situación actual no podrá prolongarse mucho mas y se lo han jugado todo a una última carta. Resistir lo más que se pueda apoyado en las bayonetas para esperar que se produzca el milagro del retorno a la guerra fría.
Solo este milagro, que cada día se ve más factible con la agresividad geopolítica de Rusia, podría prolongar el final del régimen.
No precisamente espera Castro el retorno total a la época de la URSS. Difícilmente los comunistas puedan revertir la historia. Castro tiene los pies en la tierra y sabe que la inmensa ola de nacionalismo y chovinismo que hoy envuelve a toda Rusia muy bien pudiera traer en su seno a un nuevo Führer. El gran error de Estados Unidos fue pensar que con la desaparición del comunismo en Rusia, el país se convertiría en un dócil aliado. El comunismo jamás pudo eliminar el orgullo nacionalista de los rusos heredado en cientos de años. Rusia es un gran país, con enormes recursos naturales y con miles de cabezas nucleares. Los rusos lo saben y los Castros también. Este es el milagro al que el régimen cubano se lo ha jugado todo. Si la diminuta bolita en la ruleta de la vida cae por casualidad en la casilla escogida por Castro, entonces el portaaviones natural que Cuba representa volverá a recobrar su valor original y aunque su alquiler no alcance los mismos niveles que en las décadas pasadas, por lo menos le posibilitara sortear lo peor de la crisis y terminar sus días en una apacible cama disfrutando del poder.
Hasta aquí la traducción del inglés de la pagina 318 de Inside Castro’s Bunker.
Con la conmovedora reconciliación y nueva “Luna de Miel” entre los Castro y sus viejos amos nos surge una nueva interrogante: ¿Será casualidad que cada vez que asoman las tendencias a un relajamiento de las tensiones entre Estados Unidos y Cuba se produzca un hecho traumatizante que hace a los Castros cerrar filas con lo peor del planeta frente a su vecino del norte?
Por lo pronto con el regreso de los rusos con sus barcos espías, sus aviones de reconocimiento, sus bases de submarinos y hasta su centro de espionaje de Lourdes ha sido el régimen del general/presidente quien acaba de hacer trizas la famosa carta enviada al presidente Obama por destacadas personalidades norteamericanas. Adiós a la carta, que en paz descanse la misiva.